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lunes, 5 de julio de 2010

De oficio, ciudadano ejemplar


El coordinador general de Izquierda Unida, Cayo Lara, nunca fatigado -ni fatigoso- en su acción cívica, ha pedido al equipo nacional de fútbol que entregue su prima manque pierda a una obra social de su elección.

Cayo no lo ha añadido -porque se sobrentiende- que a partir de ahora él, como forofo de La Roja, también superará su mera condición de político y se convertirá en ciudadano ejemplar, que renunciará a utilizar los servicios de los sponsors de la Sele y que cuando, movido por el impulso subcosciente que sin duda le producirá la publicidad de esas marcas, de tomarse una Cruzcampo, comprarse un Chevrolet, usar más luz de la Iberdrola, se reprimirá y, como individuo prudente y concienciado, meterá en una huchita los dineros que acciones tan poco solidarias le costaran.

¿Cuál será la obra caritativa a la que irán los euritos del gran Cayo? Lo habréis adivinado. Una de las más menesterosas: Izquierda Unida.



miércoles, 9 de junio de 2010

Personas y no máquinas

Decía Ortega que seríamos unos insensatos si no dedicáramos nuestros más serios pensamientos a las cosas más banales. ¿Lo es el fútbol? Para la compañera que está convencida de que si ganamos doblaremos estudiantes, no. Para muchos otros, tampoco: durante el Mundial del 94 convivía en una residencia con investigadores brasileños y argentinos, ingenieros, gente seria, responsable. Llegó la Copa del Mundo: se levantaban a las cuatro de la madrugada, revestidos de amarillo o azul celeste vociferaban, con banderas y estandartes, ante la pantalla de la tele y pasmoso -para mí- era su pasmo porque yo pudiera soportar estar dormido durante los partidos de España...

Regresaba a Madrid. Tomamos tierra y, simultáneamente, terminaban los cuartos: Dinamarca-España. El grupito de hombres de negocios que me acompañaban en bussines salió lanzado hacia la terminal. El primero avistó en la lejanía al guardia del control: "¡¡Cómo hemos quedao!!" "¡¡Naaa, hemos perdío!!" En el picoleto se veía la triste imagen del hundimiento humano. "¿Ustés, de dónde vienen?" "De Tokio." "Pos pasen." Tras tanta tragedia, ¿cómo iba a comprobar los pasaportes? Era una persona, no una máquina...


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