Cuando voy al trabajo paso junto a un pequeño yacimiento del período Jōmon, el neolítico japonés. La zona donde está mi curro cuenta con tantos restos de esa época que si hacemos una obra ya sabemos que aparecerán los agujeritos redondos de las columnas de madera sobre las que se afirmaban las viviendas de este pueblo.
Estas cosas siempre me fascinan. Un día, mi hijo y yo nos paramos a observar los agujeritos en cuestión. Era verano y acababa de llevarle al Museo Nacional a ver los haniwa. De repente me pregunta. "Papa, ¿qué es ese agujero?" Apuntaba a uno rectangular, profundo, de unos dos por cuatro metros. No se me ocurrió decir más que: "A mí me parece la piscina de los niños."
Reanudamos el camino en la bici para casa y, por el camino, me entró mala conciencia: ¿La piscina de los niños? Qué bobada... Iba a corregirme y enseguida me vino a la cabeza: ¿Por qué no? Mi conjetura, tan buena como la del más experto jomonólogo...
Aquel día no regresamos directamente a casa: antes paramos a jugar en otra piscinita, la que en cualquier parque, durante el infernal verano del Japón, los niños libremente practican su pasatiempo favorito, el mizuasobi, el juego con el agua. La de la excavación parecía más divertida; pero la disfrutan todo el tiempo, en exclusiva, los abusicas arqueólogos. No hay derecho.
15.09.2025 – Langsam Gesprochene Nachrichten
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15.09.2025 – Langsam Gesprochene Nachrichten –
[image: Bei den Kommunalwahlen in NRW waren die CDU und die AfD
erfolgreich.]
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