miércoles, 3 de diciembre de 2008

Madamina...

Ya sabéis de mis dos grandes y ocultas vocaciones: convertirme en Papa (el de Roma) 0 (y) mezzosoprano de fama universal. No obstante, si bien todavía conservo la esperanza de encontrar algún día colmada la primera, con respecto a la segunda (aunque sólo sea por cosa de la edad) ya, poco a poco, voy resignándome a no verla atravesar nunca ese río misterioso que separa el mundo de nuestra gris realidad y el otro de los sueños.
Sí, sí: ya sé que (aunque sólo fuera por no acabar como Alfonso Guerra y su fatídico Gustav Mahler) había prometido no volver a dar la tabarra con Mozart, la ópera y Cecilia Bartoli: Lo poco divierte y lo mucho enfada, dice siempre mi madre con frase sabia como pocas. Pero no se puede evitar, es muß sein: al que se opone a su destino, éste le arrastra.
Ayer por la mañana hacía un frío que pelaba: iba yo por la avenida de Takadanobaba luchando contra la rasca infernal y por cosa de animarme escuchaba en mi IPod el Don Giovanni ese de Barenboim del que ya he hablado muchas veces. Debía de formar una imagen realmente fantasmagórica: un gaijin de malos pelos (los llevo muy largos últimamente) que trotaba cantando Madamina, il catalogo e questo contra la corriente del personal que iba hacia la estación...
Llegué por fin a mi refugio cafetero invernal y ahí, si no fueron veinte veces, ninguna, escuché el mismo fragmento. Me obsesioné tanto con él que, cuando volví a casa me puse a buscarlo en el Youtube: ¡Y mira por dónde me aparece, otra vez, la versión de Zürich del 2001, con la Bartoli de Donna Elvira! El extraordinario László Polgár está soberbio, claro, pero para mí (¡Perdón!) lo irresistible es, mejor que el recitativo previo, la muda interpretación posterior de mi dolce Cecilia. ¿Qué haríamos cuatro o cinco chalados en un mundo sin ella?










5 comentarios:

  1. Jaccopo, es que no te enteras: esto, esto, o por lo menos esto, y, obviamente esto es lo que merece la pena...



    ResponderEliminar
  2. ¡Leches, qué puestos están ustedes!
    Por cierto, ya que mencionas a Guerra y su enorme cultura musical, no se si recordaréis cuando a Jose Luis Téllez, el mejor pedagogo musical que a mi juicio ha tenido Radio 2, le dio por hacer chistes a costa de los enormes conocimientos musicales de Guerra. Le debió de dar en donde más le dolía porque puso toda su influencia al servicio de la expulsión de Jose Luis. Y lo consiguió, pero por poco tiempo porque el revuelo armado en las altas esferas de la música fue notable y hubieron de readmitir al chistoso. Pena que no existan videos con las explicaciones de Jose Luis. Al menos yo no las he encontrado.

    ResponderEliminar
  3. Esque cuando el Diablo no tiene que hacer... Me acuerdo perfectamente del episodio del que hablas, y en él estaba pensando cuando escribí esa línea, también me acordé de que precisamente tú lo citas en uno de tus libros (tengo que mirar en cuál). Realmente sí que es una pena que no existan en internet grabaciones de los programas de José Luis.

    Salieri: de Terfel dos cosas: una vez cuando mi hijo tenía unos dos años escuchó la grabación del Rule Brittania del "Prom" del 97, aquella en la que apareció con la bandera de Gales y vestido de futbolero. Bueno, pues todos los días me pedía que se la pusiera, se aprendió la música y hasta el estribillo. Era tan gracioso que una vez que vinieron a casa unos amigos americanos con su madre acabamos cantando todos a voces la canción.

    Por cierto, ¿qué te pareció lo de hace unos meses cuando canceló su actuación en "El anillo de los nibelungos" a causa de la fractura del dedo de su hijo? Seguro que tú pusiste también el grito en el cielo, ¿no?

    ResponderEliminar


Entradas populares

Vistas de página en total