Confiesa el sesudo Pepiño Blanco en la entrada del 4 de junio de su imprescindible blog:Me he resistido en estos últimos meses a confesar públicamente mi simpatía hacia Barack Obama para no interferir en lo más mínimo en el proceso de elección que estaba desarrollando el Partido Demócrata. Quienes me han pedido un pronóstico en privado saben que, sin lugar a dudas, aposté claramente por Obama.
Aunque yo no esté dotado del mismo nivel de clarividencia, ni de condición tan prudente como la del prócer socialista, añadiré que a mí me ha sucedido tres cuartos de lo mismo; sólo ahora me atrevo a tratar de esa reñida elección: tampoco deseaba que mis escritos, muy difundidos sin duda entre las masas demócratas votantes, inclinara cruelmente la balanza del destino.
Dicho lo de arriba, confieso que -careciendo de la amplia formación política de que goza el Pepiño- ni aun ahora tengo claro cuál de los dos sea mejor candidato. ¿Necesita América más un primer presidente negro o el estrenarse ya en mandato femenino? Muy triste es que no sean públicos los grupos sanguíneos de todos los máximos mandatarios ("Posible primer presidente AB negativo de la historia"), u otras condiciones orgánicas variadas ("Para el futuro de América: nunca un jefe de estado gozó de un intestino grueso más largo"; "El apéndice de Obama: insuperable"). Una lástima, porque, en biología, cualquier detalle cuenta mucho. Si no estáis convencidos, pues leedme un rato a Darwin.
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Muy bueno su post, si señor, aunque eso de meterse con el pobre Pepìño es demasiado fácil, hay que ser considerados con los que la naturaleza ha desfavorecido, sino podemos caer en lo políticamente incorrecto y tampoco se trata de eso.
ResponderEliminarMuchas gracias, señor anónimo por su loa. Estoy de acuerdo con el ser considerado con los desfavorecidos de la naturaleza. Ahora, si por casualidad me entero de que uno de los tripulantes del avión en el que viajo es corto de vista y por coquetería se niega a usar gafas, no creo que nadie me reproche el que ironice con circustancia tan ridícula (y peligrosa, además).
ResponderEliminar¡Joder con los pobres desfavorecidos por la naturaleza, Sr. anónimo! ¿Se ha preguntado usted alguna vez cuanto gana al mes ese pobriño? Mejor que no se entere no vaya a ser que se caiga de culo y se parta la picha.
ResponderEliminarEs ley universal el que la divinidad dé bragas a quien no tiene culo, y al revés. Ejemplos hay por un tubo: hay está W sin ir muy lejos. Qué le vamos a hacer, habrá que conformarse.
ResponderEliminarPues eso de caerme de culo y como consecuencia la posibilidad de que me parta la picha, creo que la literatura científica no recoge ningún caso, respecto a las bragas y el culo debe ser lo mismo que el pan y los dientes pero en escatológico. Pues sí, cobra un pastón el chico ese que alude el post, pero hay tanto inútil viviendo a costa de los que no lo son, que a que preocuparse. Teniendo en cuenta lo poco que podemos hacer la mayoría de los ciudadanos, léase opinar en nuestra reducida audiencia y votar de vez en cuando, mejor tomárselo a risa.
ResponderEliminarPerfectamente de acuerdo en lo de tomárselo a risa: eso es lo que intentamos hacer aquí...
ResponderEliminarSi claro, pero con lo inteligentes y mayores que parecen los que escriben en este blog, me sorprende que todavía les haga gracia lo de caca, pipi,culo, picha, será que yo todavía soy mas mayor...
ResponderEliminarDoy acuso de recibo de su opinión y le sugiero que la repita en blogs variados, tales como los de cierto Aristófanes, Plauto, Quevedo o Till Eulenspiegel. No estoy seguro, pero creo que ellos son mayores que nosotros.
ResponderEliminarEs que para todo se necesita arte y
ResponderEliminarquizás me he equivocado y la cosa no es cuestión de edad si no de pericia y salero.
Un alemán de esos que siempre se citan decía precisamente lo mismo que Vd.: que para todo se necesita arte; y luego añadía: "Sobre todo para ese tan difícil de la crítica".
ResponderEliminarYo creo que no es tanto cuestión de edad, de pericia o salero, sino de contexto, de comprender que nunca puede (ni debe) ser igual el tono de una comedia fina que el de la charla entre amigos. Le pondré un ejemplo un poco rebuscado, y así seguramente saldrán ideas para su contrarréplica: en las bodas de los antiguos todo el mundo -hasta el asistente más pacato- se permitía frases de sal gorda que en marco diferente hubieran hecho enrojecer a cualquiera de los presentes. Y a lo mejor es que el arte, el salero y la pericia en el fondo se reducen a eso: a usar, distinguir y aceptar diferentes recursos de expresión en ámbitos diversos.
Bien, el hecho de no ser amigo me pone fuera de este ámbito,le pido perdón, lo siento mucho , pensé que era un lugar para opinar y que cualquiera que pasara por ahí podía decir la suya. Pido disculpas pòr haberme intrometido, no volverá a ocurrir.
ResponderEliminarNi mucho menos tiene que pedir disculpas. Sepa que a todo el que se toma la molestia y tiene la amabilidad de opinar en este blog lo considero en la categoría de amigo. Estaré muy honrado si vuelve a pasar por aquí y más si deja su opinión.
ResponderEliminarLo que pasa, pienso, es que el Sr. anónimo peca un pelín de susceptible. No se amohine, hombre, y vaya a la seva que aquí todos nos regocijamos con sus sabrosos comentarios.
ResponderEliminarDe eso se trata, de disfrutar con los comentarios de unos y otros sin tomárselo nunca a pecho: en el fondo siempre sólo nos queda la palabra, que no es poco.
ResponderEliminarCon respecto a lo de amohinarse diré que yo aprendí mucho en los años de mi vida que me tocó convivir con la gente del judo. Después de zurrarse a base de bien se iban todos juntos, tirios y troyanos, árabes y hebreos, a tomarse unas buenas cañas. Con esto de la dialéctica debería pasar lo mismo: me da la impresión de que la mayor parte de las supuestas ofensas están en el ojo que las lee, no en el que presuntamente las ha escrito.