domingo, 13 de marzo de 2011

Dos días después

Son casi las cuatro de la tarde de un domingo soleado del principio de la primavera. El cielo es de un azul intenso, como el de un día de enero en el Japón o uno de julio por mi tierra. Han pasado dos del terremoto y aunque las réplicas continúan, parece que la tierra se va calmando. Además de alrededor de donde fue el primer gran movimiento, ayer comenzó a haber pequeños temblores en Nagano y hasta se produjo uno en la propia bahía de Tokio.

Estamos preocupados por lo que pueda suceder en la central nuclear de Fukushima. Aunque, según nos cuenta un físico nuclear español en este vídeo, esa planta no sea Chernobyl, la radiación puede afectar intensamente a la zona del perímetro, un área agrícola y pesquera más o menos importante.

Descanso tumbado en mi habitación mientras escribo esto. La vida sigue: me envía algún colega mensajes con asuntos relacionados con el trabajo, me llaman por teléfono de la compañía de mudanzas, los pequeños detalles de la cotidianeidad parece que quieren hacernos olvidar lo terrible del desastre.

Ayer, mientras para celebrar que estábamos vivos y juntos comíamos en un restaurante -no se veía mesa libre- me sobresalté al caer en la cuenta de que Yuki, Charles y su pequeño Kent, seguramente estarían en Miyagi, en casa de la familia de ella. La llamé por teléfono y supe que Charles estaba en América, ella se había quedado con el niño en casa y había buscado refugio en la de unos amigos tras el gran susto. No tenía noticias de su padre entonces, pero esta mañana, a primera hora, me ha llamado para decirme que con la normalización del la red de comunicaciones había podido hablar con él y toda la familia estaba sana y salva.

Cualquier desgracia tiene su lado positivo: todos, incluso la gente más arisca, quieren mostrar su lado amable. Vecinos que casi te ignoraban te saludan, se preocupan por ti; un sentimiento de empatía se extiende entre los que hemos sobrevivido por mero azar del destino, por hechos tan desconocidos para nosotros como la tectónica de placas y sus aparentes caprichos.


4 comentarios:

  1. Aquí en España, los periódicos siguen muy alarmistas, por ejemplo El País.

    http://www.elpais.com/articulo/internacional/Gobierno/teme/produzca/nueva/explosion/planta/nuclear/Fukushima/elpepuint/20110313elpepuint_2/Tes.

    No sé, usted que está ahí sabrá mejor el riesgo real de la radiación. Ya que se a convertido en un eventual reportero, siga informando, por favor. Un saludo.

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  2. Gracias por su comentario, Asia. No sé mucho, pero, como en todo, lo mejor es preguntar al experto, y ellos dicen varias cosas:

    1. Mientras la estructura del reactor siga intacta, la radiación emitida al exterior no será importante.

    2. Incluso aunque se produzca una fusión, el material radiactivo se mantendrá dentro de su contención y no habrá daños mayores.

    Me parece triste el que se informe de algo tan grave y preocupante de forma alarmista, que se equipare este accidente con el de Chernobil, por ejemplo, cuando todos los que saben dicen que no tiene nada que ver.

    Seguiré escribiendo aquí o en el Twitter. En cualquier caso ya llevamos nuestra vida cotidiana. Por la experiencia del gran terremoto de Kobe creo que, aunque los daños en este han sido más grandes, el país se recuperará y paradójicamente servirá quizá para crear un foco de recuperación en el norte del país, a donde hubo planes hace años -que se abandonaron- para trasladar la capital.

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  3. Me alegra saber que volvéis a la rutina diaria, es una buena señal. animo y un abrazo muy, muy fuerte. Manoli

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  4. ¡Gracias Manoli! Hoy tenemos la molestia de que los trenes no funcionan por la falta de electricidad, pero por otro lado, todo es como cualquier lunes de nuestra vida. Un beso muy grande para los tres.

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