El viernes, cuando volví de Atsugi, desde el tren me puse a mirar los arrozales: llenos de agua son como espejos enormes que reflejan un cielo gris del que no para de caer el agua. La estación de las lluvias (¡qué compuesto más hermoso!) todavía no ha llegado, pero la lluvia misma parece no ir al tanto del parte meteorológico.
Dentro de unas semanas florecerán las hortensias -ya están preciosas en sus taludes- y los primeros brotes del arroz asomarán sobre el agua. Algún día, bajo un cielo espléndido de julio, desde el tren de nuevo, mi hijo y yo veremos la pradera de un verde pasmoso extenderse por toda la llanura hasta tocar las laderas de Tanzawa. Esos días el pecho se dilata y sientes, aunque sea por un instante, que el mundo está bien hecho.
21.12.2024 – Langsam Gesprochene Nachrichten
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21.12.2024 – Langsam Gesprochene Nachrichten –
[image: Polizeiabsperrung nach Autoattacke auf Weihnachtsmarkt in Magdeburg]
Trainiere dein Hörverstehen mi...