Leo que el negocio de la prostitución está floreciendo de nuevo en España, que de ese revival tienen responsabilidad sobre todo las nuevas generaciones y no puedo por menos de sentir tristeza por ellos, no tanto por el hecho de verlos puteros como sus antepasados sino por el síntoma de soledad y estupidez que ello supone.
En este país el putiferio es perfectamente lícito. Bueno, sobre el papel, no; pero la definición a la que lo somete el Código es todo aquel mercado que implica la penetración vaginal: el resto de las suertes eróticas no implican legalmente comercio carnívoro y por tanto están exentas de pena o multa. Los prostíbulos se organizan en el internet en macropáginas como ésta y muestran con vídeos y mangas los lances variados con que las busconas agasajan al rijoso de turno.
¿Viviremos algún día en sociedades en las que, gracias a la habilidad para encarar nuestros instintos podamos disfrutar de ellos como gozo y no cual trapicheo? Soy pesimista acerca del futuro; pero ya sabéis: Está en nosotros, y no en nuestras estrellas.
Did 20 million votes really go missing in the US election?
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Just hours after Donald Trump claimed victory in the US presidential
election, rumours started swirling that something was afoot. A graph went
viral on s...
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