jueves, 23 de diciembre de 2010

Groucho en el Tribunal Supremo


En la nación galesa los niños reciben el noventa por ciento de sus clases en galés y el resto, casi como si de enseñanza de una lengua extranjera se tratase, en inglés. Lo mismo sucede con los de la nación escocesa y la cornuállica. Los de la bretona, la provenzal y los de la alsaciana ven el francés dos horas cada siete días. Los de las naciones veneciana, siciliana y romana estudian, respectivamente, casi solo en los idiomas veneciano, siciliano y romanesco: qué sea el italiano lo saben por la tele. Otro tanto les sucede a los niños de las naciones del norte de Alemania, cuya escolaridad se realiza casi solo en bajoalemán. ¿No es un escándalo que los pequeños de la nación catalana no puedan seguir el camino de sus iguales de los estados más prósperos de Europa? ¿Nos hemos vuelto locos?



13 comentarios:

  1. Efectivamente, nos hemos vuelto locos. Además, ¿cómo es que dicen ahora que hay que cumplir la sentencia que dicta un alto tribunal? ¿No están las leyes para ser incumplidas por los políticos? Pues claro, para eso están. Los políticos deben dar ejemplo de desacato a la ley. Deben mostrar a los ciudadanos que ellos están en el poder para hacer lo que les dé la gana con las leyes.
    Qué bonito espectáculo...
    ¡Y así nos va!

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  2. Sí señor, que se vea que somos más chulos que nadie: a un político lo ha elegido el pueblo soberano. A un juez ¿quién?

    Allá van leyes donde quieren reyes. Sanseacabó.

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  3. En todos los rincones de Europa están volviendo a florecer las lenguas regionales sin ningún apoyo oficial. Se utilizan junto a la nacional en el hogar, en la conversación privada, en la lectura y la diversión. En ninguna parte se plantea la sustitución del inglés, el alemán, el francés...

    Lo que prentenden los nacionalistas catalanes es crear una generación de analfabetos funcionales en castellano, gente que aunque entienda el idioma y se pueda expresar de forma más o menos correcta, se encuentren mucho más cómodos en catalán, en una palabra, "sientan" solo en esa lengua. De esta manera se creará una pared entre la ciudadanía catalana y el resto de la nación que haga el nacionalismo la moneda común en el Principado.

    Defender el bilingüismo es defender el derecho de los chavales menos privilegiados de Cataluña de acceso a una de las lenguas de comunicación internacional. Ni más ni menos. Cada uno tiene derecho a elegir la soga con la que ahorcarse, pero nadie a obligar a otro a ponersela a sí mismo al cuello.

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  4. Por cierto, envié este comentario a una página de periódico y, aunque a mí me parece que el tono es lo suficientemente exagerado para entender la clave irónica, hay gente que piensa que se trata de un comentario literal. En fin...

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  5. Forma parte del camino hacia la independencia. Punto.

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  6. Mira tú que me va dando la impresión por lo que leo de que cada vez va habiendo más hastío por parte de más gente en España, que el discurso de Boadella ha calado y que esta sentencia del Supremo (que no se habría atrevido a formular hace veinte años) es una muestra de esto. En fin, que nos estamos hartando de tanto paño caliente y de tanta cobardía ante la prepotencia nacionalista.

    Posiblemente haya más gente en España que en Cataluña harta de la situación actual y que se pregunta por qué Más no propone el dichoso referéndum y así se sale de una vez de dudas. Del mismo modo que la gente de CiU dicen que ya no es el momento de volver a la situación anterior muchos constitucionalistas piensan que habría que plantear dos alternativas: o independencia, o autonomía pero marcando finalmente las competencias de cada uno, de modo que cuestiones básicas como educación, sanidad o hacienda no fueran nunca negociables.

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  7. ¿Referendum, para qué? Hubiese dicho Lenin. Se ve que no has vivido allí. Si lo perdiesen los nacionalistas, que casi seguro, al día siguiente volverían a las andadas. Por que su juego es amagar y no dar. Llevan así siglos con unos resultados excelentes. Son matones de pueblo con los que nadie se ha atrevido. Lo más, lo más, de vez en cuando la burguesía local se asusta con la que ha montado y llama a un generalote para que ponga orden. Después,una vez el orden restaurado, vuelta a empezar. Y nosotros aquí, como idiotas, contemplando como se va la vida tan callando.

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  8. Pues si hartos están los españoles que viven fuera de Cataluña de los nacionalistas catalanes,no te digo nada cual es la situación de los españoles que vivimos en Cataluña, pero todo esto de las lenguas y la independencia ahora, no son mas que pecata minuta para distraer a los ciudadanos del verdadero problema, es decir el recorte de los derechos de los currantes (cuyas conquistas tanto esfuerzo habían costado) con la excusa de la crisis.

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  9. De acuerdo, las conquistas han costado lo suyo, pero una vez conseguidas se han dado for granted, y ahí, creo, está el problema, que ciertas cosas hay que conquistarlas cada día para que no se deterioren.

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  10. Desde luego que sí: el tener que soportar toda esa matraca en tu propia casa tiene que ser un coñazo de cuidado. Y es que realmente son más pesados que una vaca en brazos. Para el capital catalán, no obstante, han sido una bendición impagable. Ya desde la época de Fernando el Católico, cuando los burgueses de Barcelona le apretaron tanto las tuercas que no aparecía por allí nada más que cuando no le quedó más remedio, la política de presionar al poder central ha sido un negocio excelente. Pudieron participar en el gran negocio de América sin sufrir el desgaste económico que supuso ésta porque tanto la monarquía aragonesa como el reino de Flandes fueron las niñas bonitas de la corona (con los resultados que conocemos: Castilla pasó de potencia universal a culo del mundo en dos siglos).

    Bueno, bobadas aparte: ya sería hora de que alguien se enfrente a estos matones, porque matones hay también en gales (eso que se dedican a quemar las casas de los ingleses) y en cualquier rincón periférico de cualquier nación europea. La diferencia es que el estado les planta cara sin complejos. Aquí habría que plantarse de una vez por todas, me parece a mí, aunque sea como hicieron los ingleses con Irlanda, por no ir más lejos (o aún mejor, como los checos con Eslovaquia), librándose de la peste que habría sido tenerlos ahí dando la matraca durante todo el siglo veinte. Fijaos, por ejemplo, que el gaelico es un idioma realmente odiado por la masa de irlandeses a los que se lo hicieron estudiar a machamartillo en la escuela, que nunca se plantearía el ministerio de educación del Eire imponerlo como lengua principal del sistema de enseñanza (a pesar de ser la "lengua propia de la nación`) y que existe un movimiento de simpatía enorme por el Reino Unido tras casi un siglo de independencia. Pues eso.

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  11. Cosas de la vida, que siempre son al revés de lo que parecen como bien le gustaba decir al marqués de Oñate y Critilo se lo recordaba a Andrenio. Ahora que son independientes, los irlandeses, posiblemente sean más dependientes del Reino Unido que cuando estaban sometidos a su terrible yugo. Hace poco volví a ver "El hombre tranquilo" y me di cuenta de que toda la pelicula está atravesada de la épica nacionalista. En definitiva, que si bien la miras, es un poco vomitiva... por más que a primera vista...

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  12. Leo esta noticia: "Blecua defiende la inmersión lingüística en Catalunya". Primero me quedo asombrado, pero después pienso varias cosas:

    1. En teoría en una región bilingüe la educación debería ser igualmente bilingüe en todas las escuelas.
    2. Blecua ha vivido en Cataluña cuarenta años, ha sido catedrático de la U. de Barcelona y conoce mucho mejor que yo la situación.
    3. Blecua es uno de los lingüistas mejor formados que hemos tenido nunca en nuestro país, pero, además, es una persona de gran sensatez.
    4. Por tanto, yo no me siento capaz de llevarle la contraria; si él considera que la inmersión es el mejor camino para Cataluña, no teniendo evidencias ni argumentos superiores a los suyos, no puedo estar en contra de lo que él sostiene. Dixi.

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  13. A mí lo de Blecua me recuerda aquella conocida sentencia que afirmaba que "a veces los sabios se tienen que equivocar para que los necios no revienten".

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