viernes, 2 de julio de 2010

Españolismo a palos

Un juez de Getafe pregunta por Nadal y Gasol para dar la nacionalidad. Oye macho, qué buena idea; tan buena que me hice japonés y al día siguiente pedí, como extranjero, volver a ser español sólo para poder presentarme al examen y así convalidar mi condición de auténtico patriota fetén.
- Me haga una paella.
- Señor juez, es que verá, es que yo... ¿no me lo podría convalidar por un kalimocho bien cargado?
- Por esta vez, pase. Venga, cante el Himno de Riego.
- Es que a mi familia le tocó la Guerra en los nacionales. Perdón, los sublevados, que se dice ahora. ¿No vale el Cara al Sol.
- Veo que usted está poco con los tiempos. No sé, no sé... ¿Qué me dice de la Roja?
- ¿Una señora que tiraba bombas a quien compuso un poema Miguel Hernández?
- Mal vamos por ahí: poco hispanizado le veo. Una última oportunidad. ¿Qué me dice de Nadal?
- Ésa es fácil: un premio de literatura que...
- ¡So burro! ¡Suspenso! ¡Fuera de mi vista! ¿Cómo quiere ser español así? ¡Menuda vergüenza!



4 comentarios:

  1. Anima pensar que todavía hay personas que quieren ser españoles. Yo les pediría superar tres pruebas para obtener la españolidad:

    1º.- demostrar habilidad para generar la mayor cantidad posible de ruido con mínimos medios. También, demostrar hercúlea capacidad de aguente frente al ruido.

    2º.- llenar un talud de mierdas diversas en menos de una mañana.

    3º.- desenterrar media docena de muertos de los de la guerra civil. Da igual el bando.

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  2. Se te ha olvidado lo de gastar de prestado lo que uno no tiene (ni va a tener en el futuro) e irse de putas todos los fines de semana, una sabia costumbre de nuestros abuelos, perdida tristemente por nosotros, y que, según nos cuentan los que saben, muchos jóvenes están recuperando.

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  3. Se me olvidaba: otra característica indispensable en el hispano de pro es la capacidad innata de elegir en unas elecciones precisamente a los montillas, pepesblancos, pachilopeces, o sea, a todos aquellos que no se podrían presentar ni siquiera a una oposición de grado medio de funcionarios del estado. Si no fuera por la clarividencia del votante, estos pobres muchachos se verían de mileuristas o, algo peor, de parados de larga duración en reciclaje para encontrar empleo.

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  4. También se debiera exigir el conocimiento y apropiado recitado de una serie de refranes realmente emblemáticos:

    No hay saber como el tener

    El que no són pessetes són punyetes.

    Llamame perro y dame de comer.

    Etc..

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