martes, 6 de julio de 2010

You get what you pay

Los americanos, cuando algo es gratis (nada es gratis de verdad) suelen decir: "Vale exactamente lo que cuesta." Ante noticias como la que nos publica hoy El País, La edición digital de 'The Times' ya es de pago, me he puesto a pensar en esa frase.

¿Vale realmente la prensa digital lo que cuesta? Pienso que, gracias a la inflación informativa de nuestra época, sí, o sea: no vale un duro. Repite un amigo mío que hoy las noticias realmente importantes te llegan gratis, quieras o no, y que el resto no son más que cantos de sirena.

Es patética esa machaconería del periódico madrileño queriéndonos preparar para un futuro de pago -que nunca llegará- con el que ellos solucionarían sus tristezas. ¿No hay información en internet que merezca la pena? Mucha. Pero ésa, por fortuna, también es gratis. Bueno, no tanto: nos pide nuestra energía, nuestro tiempo y sudor. Pero, ya se sabe: No te fíes de lo que no cuesta esfuerzo. Ésa es la única regla básica en la vida.


2 comentarios:

  1. Lo que pasa es que la prensa, sobre todo la escrita, crea adicción. Yo conozco gente que se dejaría cortar una mano antes que cambiar de periódico. Les gusta encontrar exactamente las mismas opiniones que su mente pariría caso de ser capaz. Lo que les desmiente, en vez de agradecerlo por lo que les puede enriquecer, lo rechazan. Los unos como facha, los otros como socialista. O sea, facha, socialista, dónde está la diferencia. El caso, en uno y otro caso, es que nadie les tambalee las convicciones. Y a esa gente no le importa pagar lo que sea por la dosis diaria de abcedina, paisina, mundina, etc., por que saben que sin ella se derrumbarían. Yonkys en definitiva. Y los dealers saben eso.

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  2. Hay un caso también muy curioso: el de la gente que compra un periódico porque el encontrar todas las mañanas la misma cabecera junto al café y las tostadas del desayuno les crea la ficción de que el tiempo no pasa, de que existe algo inmutable en su fluir. Conozco por lo menos dos personas que votaban a Izquiera Unida en sus años jóvenes y que por costumbre leían prensa de derecha: hoy son más del PP que Aznar.

    Con la radio sucede lo mismo. Hay gente que escucha la Ser o la Cope por convicciones ideológicas, pero también existe quien, gustoso de la perorata de Federico, de oírle todos los días se ha vuelto más de derechas que Hitler (o más socialista que Pablo Iglesias, si vamos al otro lado).

    En fin, que es triste que, hoy en día, no ventilemos más nuestras ideas, ya que tenemos oportunidad. Pero los humanos somos como dices. No creo que podamos hacer mucho: la mayor parte nos derrumbaríamos sin nuestra dosis diaria de droga ideológica.

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