martes, 24 de agosto de 2010

Tirarse de los pelos por la patria


En este país no hay librería o biblioteca sin un rinconcito dedicado a los libros de cierta temática esotérica, el Nihonjinron, o sea, la esencia de lo japonés. Vivir lejos de donde naciste tiene un efecto realmente interesante: acabas viendo las cosas en la distancia y te preguntas, influido por lo que encuentras por el mundo, sobre los asuntos de tu patria.

Hace unos días encontré en un periódico catalán un artículo sobre el nacionalismo de esos lares: escribí algún comentario y tuve la suerte de que me respondieran y que me trataran de maravilla: ¡hasta me traducen lo que escribo al catalán, y lo hacen gratis! Lo cierto es que, entre el pergeñar esas frases y pensar un poco creo que he aprendido algo más de un asunto que veo tan espinoso. A ver si aquí continuamos el debate sin tirarnos de los pelos. No lo veo muy complicado: ya sabéis que en verano yo no tengo.


37 comentarios:

  1. Me alegro de que te rapes en verano, yo que me he dejado melena, ahora tengo que hacerme una cola tipo Atila para no fenecer. Pelos aparte, el artículo no me dice nada nuevo, la misma monserga de siempre. La identidad definida por cuatro bobadas que solo afectan a unos cuantos, mas otros tantos que les han hecho sentir complejo de inferioridad (por proceder de emigrantes y ser pobres) que se apuntan a esos principios identitarios para sentirse iguales a los catalanes con apellidos idem y una clara idea, a medias siempre confesada, de que Cataluña será siempre mas rica si es independiente.Pero vive mas gente que estos dos grupos en Cataluña, están los que les da igual una cosa que otra, que son esas personas, sobrevivientes natos, que se van a adaptar a cualquier cosa, porque lo que a ellos les importa es su individualidad, otros los de la derecha rancia y casposa que siguen creiendo a pies juntillas que se debería prohibir hablar en catalán y un último grupo entre los que creo encontrarme, que nos duele en lo mas hondo separarnos de un país que amamos, con el que tenemos ligámens familiares y sentimentales, con una lengua que consideramos mejor y mas bella que es el castellano, y que si tienen razón los que dicen que Cataluña será mas rica si es independiente, lo que parece claro es que será mucho mas pobre intelectualmente.

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  2. Ya me gustaría verte con melena: seguro que estás guapa. Yo me la corto porque si no me muero del calor: le tengo que explicar dos veces al peluquero que no es una broma y mi hijo, que viene conmigo se ríe mucho. Le digo que lo haga él, que para eso es nativo del idioma, pero me responde que no, que se quiere reír un rato.

    En fin, que esa es la cosa: como me enseñó mi maestro Pascual las lenguas no sirven para entendernos, como se cree instintivamente, sino para reírnos con ellas, pegarnos, sentirnos miembros de un grupo, querernos, hacer juegos y, en definitiva, para todo tipo de actividades irracionales. Por eso unos quieren prohibir el catalán -aunque sea secretamente- y otros el castellano, a base de multas para el que rotula en ese idioma y cosas así, porque es una de las apelaciones más profundas a su yo interno, porque de esa manera apuntalamos nuestra personalidad. Fíjate que tanto es así que dicen algunos expertos en adquisición de segundas lenguas que no existe ningún impedimento fisico que nos impida adquirir un acento de nativos al hablar un idioma aprendido, sino que más bien parece que nuestra mente se niega a abandonar los patrones articulatorios del nuestro materno como un rechazo a diluir nuestra personalidad. Sostiene Steiner que él, que posee tres idiomas nativos, es tres personas diferentes hasta cuando hace el amor, dependiendo de la lengua en que lo haga. Vete tú a saber si no exagera, pero lo que sí es cierto es que yo no puedo hablar con mi mujer en otro idioma que no sea el japonés, porque en ese idioma hemos construido nuestra relación, y del mismo modo hay colegas que, cuando hablamos en japonés, sin darnos cuenta, volvemos instintivamente al español, no por otra cosa, sino porque es la lengua sobre cuyos cimientos tenemos nuestra amistad. Una vez una amiga americana me pidió que, para practicar su castellano, habláramos de vez en cuando en él: pues al final nos fue imposible. Y así muchos ejemplos.

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  3. Objetivamente no existen lenguas mejores que otras -una vez más cito lo que aprendí de Pascual- pero sí las hay subjetivamente, claro. Yo, que si tengo una pasión es la de aprenderlas, puedo decir ya a estas alturas, que muchos de los momentos más hermosos de mi vida están ligados a su práctica o aprendizaje: los atardeceres en los que recibía clases de lituano de Francisco Villar, uno de los más grandes indoeuropeístas que hemos tenido, o las de rumano, con la genial Manuela como única compañera, en el despacho de uno de mis amores, mi maestra C. Pensado. Bueno, pues así hasta el infinito.

    Yendo a las cuestiones nacionalistas, creo que poco hay que decir: de Cataluña no conozco las situación de primera mano sino por lo que me contáis la gente que vivís allí, pero la del País Vasco, la sé desde la infancia y me imagino que no será muy diferente, salvo porque el catalán es un idioma más cercano al español mientras que con el vascuence la cosa no es tan sencilla. Lo más chocante es que para ganar marchamo de gudari fetén no había que aprender euskera pero sí olvidar el español, o por lo menos hablarlo mal. Creo que ya he escrito largo sobre el asunto y más o menos me parece que coincidimos en nuestra visión. Pues es verdad que Cataluña sería más rica económicamente si se separa del resto de España: también lo habría sido Valonia si lo hubiera hecho hace setenta años, digamos, y también lo sería Flandes si lo hiciera ahora. En fin, la vida es larga y nunca se sabe qué es lo mejor.

    Por cierto, volviendo a Pascual: me decía una vez cuando yo le contaba las caras que ponían mis estudiantes cuando les explicaba cuestiones de la historia de su lengua que ellos desconocían -de proto-japonés, por ejemplo- que lo mismo les pasaba a los vecinos del pueblo en el que vivía cuando con Corominas escribía el diccionario. Les parecía curioso que un castellano viejo conociera infinitamente más de su lengua catalana que ellos mismos, y que le venían con problemas lingüísticos que muchas veces él les resolvía.

    En fin, ¿sabes qué te digo? Que es una pena que Josep Pla o Gabriel Ferrater no estén vivos: se partirían de risa. Aunque la verdad es que a veces también se ríe por no llorar.

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  4. Barruntaba que debía explicar lo de que "el castellano es mejor que el catalán", pero supuse que no hacía falta que me extendiera, desde luego que no hay lenguas mejores ni peores en un sentido absoluto, pero una lengua con la que te puedes entender con cuatrocientos millones de habitantes es mejor comparativamente que con una que solo puedes hablar con seis millones, una lengua que tiene escritores de la talla de Cervantes o pongamos por caso de Martín Ciprian es mejor que otra que apenas tiene literatura. ¿O no?

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  5. Martín Ciprián, aunque está retirado de la literatura hace unos años me dice que te agradezca tu comparación con Cervantes, aunque me da que él en el fondo considera que escribe mejor que el gran manco. Ya sabes cómo es.

    Bueno, claro, lo de que una lengua es fundamentalmente un elemento utilitario lo quería sugerir con la foto: el encontrar en un villorrio perdido de una provincia perdida de Japón un cartel en el suelo escrito en chino, inglés, la jerga local, el coreano (por eso de la vecindad) y (oh, cielos!) en español, creo que es suficientemente significativo. El golfo profundo que separa la realidad del deseo nacionalista.

    Dicho esto te contaré que en el verano de 1995, a mediados de agosto, para ser más precisos, en el escaparate más concurrido de la calle mayor de Kanazawa, un lugar también perdido de a orillas del mar del Japón, tenían plantado un cartel en catalán que hizo J. Miró para un congreso de abogados. En fin, que cada idioma tiene su sitio y su minuto de gloria, pero pretender, por ejemplo, que haya las mismas horas de televisión en una lengua de cuatrocientos millones de hablantes y en otra que no llega a diez me parece un poco delirante. Lo mismo podríamos decir del proyecto de la Unión Europea: hace unos años la mitad del presupuesto del Parlamento se iba en traducciones; hoy en día me imagino que será más. Si metemos el vasco, el catalán y tal, tendremos que hacer lo mismo con el gaélico irlandés, que es una lengua de un estado y que no cuenta con traducción -porque los irlandeses, con muy buen criterio, saben que no la necesitan- y después, el galés, el escocés, el bretón, siciliano, frisio, bajo alemán, veneciano, romanesco, aranés... en fin, que los europeos no haremos otra cosa que pagar impuestos para mantener las traducciones simultáneas.

    Bueno, me he enrollado como siempre y seguramente no se entienda ya a dónde quiero llegar, pero como dice mi madre, cuando le pasa una cosa así: "Yo ya me entiendo". :-)

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  6. Cierto que se aprende de verdá en el internés. Mi corresponsal del artículo que comenté, después de argumentar con una gran habilidad socrática acerca de mi nacionalismo español, me dice que los catalanes no son libres, ni españoles siquiera, incluso los que así se consideran, porque no pueden elegir al presidente del gobierno español ellos solos, o sea, que por mucho que quieran los habitantes de Cataluña a una persona como primer mandatario de España, si el resto de los españoles no le votan, no hay nada que hacer y que por eso de españoles, nada.

    Lo gracioso del argumento es que los madrileños tampoco son españoles, sino solo madrileños, porque no tienen capacidad de elegir ellos solos al presidente del Gobierno, e igual murcianos, andaluces, extremeños, vascos o gallegos. Es más, si algún día Cataluña se constituyera como nación, los de Vic no serían catalanes, porque no tendrían ellos solos capacidad de elegir al presidente catalán (¿Emperador catalán quizá?), así que, la verdad es que, se ponga uno como se ponga, no existen nacionales de ninguna parte, porque tomes la region que tomes, tomes la ciudad que tomes, ninguna tiene capacidad ella sola de elegir al primer mandatario de la nación. Conclusión, nadie es libre y nadie es nacional de su nación.

    Y yo así, soy nacionalista de una nación que no tiene nacionales. Mira que soy bobo. Se le explicaré otro día a mis estudiantes del departamento de economía política: seguro que hasta me aplauden.

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  7. Buen argumento de reducción al absurdo este último.
    La conversacion en el Avui tiene su interés, desde luego. Pero en tu socrático oponente una vez más he visto el argumento más utilizado en estas cuestiones, que consiste en decir que si uno no es un nacionalista catalán, es que es un nacionalista español. No hay alternativa. Funciona así: si criticas a quien hace política de la cuestión profundamente sentimental y privada de su sentido de pertenencia a una comunidad, es que tú también estás haciendo lo mismo por mucho que te muestres alérgico a convertir los sentimientos privados en principios políticos. No les entra el concepto de "ciudadanía de un Estado de derecho" porque para ellos en realidad no hay Estados (que son arreglos administrativos) sino naciones con identidad colectiva. Lo cual demuestra que se han quedado en Herder sin haber pasado por la Ilustración francesa.
    Tantos años de adoctrinamiento no pasaron en balde. A veces pienso que la culpa de todo esto la tuvieron, hace mucho tiempo, los padres de Jordi Pujol el día que decidieron matricularle en el Colegio Alemán.

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  8. Lo de "estás con nosotros o estás contra nosotros" o sea, ese mundo en blanco y negro de los nacionalistas es lo que asusta, ese afán de buscar los atajos para demostrar a quien no piensa como tú que es también como tú, pero de otra manera, o sea, nacionalista español, es lo que asusta. También asusta ese querer meter con calzador a todos los habitantes de Cataluña en el mismo saco, o sea, en el del nacionalismo, aún más, en el del independentismo.

    Lo curioso -o lo triste- es que esa labor de zapa va causando sus resultados: incluso gente realmente nacionalista española ya utiliza el lenguaje de los nacionalistas catalanes cuando habla de "catalanes" Vs. "españoles" (y no "el resto de los españoles", que sería lo lógico y correcto en buena ley). Por eso creo que, en la medida de lo posible, hay no hay que caer en ese engaño y hablar de Cataluña como lo que es, como una región de España, o como una autonomía si se quiere, pero nunca como una "comunidad histórica" que no es, o que lo es en la misma medida que Canarias (menuda historia más alucinante que tiene encima), Murcia (reino de taifas en la edad media) o la Rioja (basta darse un paseo por Nájera, digamos, para que la historia te salga al paso). Creo que tampoco hay que caer en la trampa del "hecho diferencial", o si se habla de él, también hacerlo del hecho diferencial de Extremadura (que es la tierra de algunos de mis antepasados, y vaya diferente que es), o de la Mancha profunda, o de Ceuta y Melilla.

    No sabía que Pujol había estudiado en el colegio alemán, pero eso explica muchas cosas, claro. Lo que sí había oído era que las hijas de Montilla estaban matriculadas en él. ¿Cómo sería Cataluña hoy en día, me pregunto, si Pujol hubiera estudiado en el colegio japonés? Ciencia ficción, pero de la buena.

    Con respecto a lo de basar la ciudadanía en fundamentos racionales acostumbra a decir Paco de la Vega que el verdadero problema de España es que no pasamos por el siglo XVIII: en eso los nacionalistas catalanes demuestran paradógicamente -ahora intento un salto mortal socrático al estilo de mi contertulio- ser profundamente españoles. Por cierto, un alumno mío hace unos catorce años -un chaval realmente inteligente- hizo una tesis de licenciatura sobre el nacionalismo catalán. Su conclusión era que a medio plazo por lo menos Cataluña no se iba a independizar, y argumentaba un poco "more freudiano" que los vínculos afectivos con el resto de España eran tan fuertes que sería doloroso el cortarlos para los nacionalistas tanto como matar al padre, que es una cosa que se hace en el subconsciente pero rara vez en la realidad.

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  9. Hace unos días leí un artículo de Armas Marcelo sobre la figura de Suárez. En él recordaba cómo Juan Benet, en una noche de tertulia, le había reprochado la construcción del estado de las autonomías, desde su punto de vista un error histórico, casi un dislate. Suárez decía algo así como que "un día todos se levantaron autonomistas y autonomismo tuvo que ser". Los padres de la constitución pecaron de varias frivolidades, pero las dos fundamentales, desde mi punto de vista fueron no vincular la lealtad a la Constitución con la existencia de los estatutos de autonomía (el propio Arzalluz reconoce que él estuvo a punto de promover el sí en el referéndum de la Carta Magna) e incluir en ella una artículo que conviertiera las competencias en materia de educación como patrimonio exclusivo del estado.

    No conozco de cerca la realidad catalana, pero recuerdo que en el País Vasco de finales de los setenta el sentimiento independentista en el PNV era minoritario. Tengo en la memoria un artículo de prensa en el que aparecía una reunión de la rama secesionista de ese partido que casi tenía que justificar y hacerse perdonar su existencia. Hoy en día sucede lo contrario. como tú dices ha sido fruto de treinta años de adoctrinamiento, de dejación por parte del PSOE de su obligación de mantener un sistema educativo que creara ciudadanos y no súbditos de satrapías medievales. Incluso el PP, con su política de creación de sistemas de enseñanza separados (en el PV por ejemplo, euskera solo, castellano solo y bilingüe) ha propiciado la creación de incubadoras de nacionalistas. Los socialistas, que han tenido mayoría relativa durante bastantes años de estas tres décadas en Euskadi, tenían la obligación de haber aireado las ikastolas repitiendo dentro de ellas lo que era la sociedad vasca fuera: un ámbito mestizo en lenguas y pensamientos. Pues nunca lo hicieron. Ahora la situación con el gobierno insensato de Rodríguez ha llegado a un punto de no retorno. Ya veremos qué pasa. En cualquier caso, ya sabes que yo soy un optimista patológico y que creo que toda esta ola de irracionalidad no puede traer sino su contraflujo. Confío en que a los hijos de estos "cien mil hijos de Jordi Pujol" les suceda como a los nietos de los carlistas cuando contaban sus batallas: "Déjalo, son cosas del abuelo". Y que al final se les dé la atención que merecen, o sea, ninguna.

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  10. Por alusiones, soy el que ha estado intercambiando pareceres con Jacobo/Santiago en el diario Avui. He seguido su amable invitación hasta aquí, con la idea de, quizás, seguir un poco el debate que allí teníamos (y que veo ha abandonado).

    El motivo principal para hacerlo era que Jacobo (tomo el nick que usa aquí), a pesar de mantener básicamente unos sentimientos identitarios bastante similares a la de cualquier nacionalista espanyol (algo que llegó a admitir en nuestra discusión), parecía tener una abertura de miras y una disposición a entender a la otra parte poco habituales en este tipo de debates. Algo tan loable y tan poco común me ha llevado a abandonar mi pereza y mi poca disposición a participar en blogs de este tipo.

    Sin embargo, debo decir que una lectura rápida de lo escrito en este hilo está resultando muy decepcionante, y me lleva a revisar mi conclusión anterior. Aquí Jacobo (¿quizás sintiéndose más libre?) parece estar tomando abiertamente la posición maniquea y los argumentos falaces tan frecuentes en el nacionalismo español. ¿Es el Jacobo típico y tópico nacionalista español más auténtico que el Santiago razonable y abierto a la discrepancia? Me queda la duda, así que haré algunos apuntes rápidos.

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  11. Algo de lo que sostengo:

    1- Todo el mundo tiene sentimientos identitarios, prácticamente todo el mundo los tiene hacia su nación. Algunos lo llaman “estado”, otros “patria”, pero todos están hablando de lo mismo.

    2- En España el nacionalismo español ha conseguido instalar un discurso hipócrita según el cuál el nacionalismo español no existe o es muy minoritario, y en cambio existen nacionalismos “periféricos”, que además son malvados por naturaleza.

    3- Ese mismo discurso ha hecho que el concepto de “nacionalismo” sea muy confuso e incluso contradictorio. Un problema habitual es que cuando dos personas hablan de nacionalismo están pensando en cosas distintas. Esto ha llegado hasta el punto de que la definición de la RAE sea ignorada, incluso refutada, por los autoproclamados “nonacionalistas”:
    nacionalismo.
    1. m. Apego de los naturales de una nación a ella y a cuanto le pertenece.
    2. m. Ideología que atribuye entidad propia y diferenciada a un territorio y a sus ciudadanos, y en la que se fundan aspiraciones políticas muy diversas.
    3. m. Aspiración o tendencia de un pueblo o raza a tener una cierta independencia en sus órganos rectores.
    Nótese que esta definición es totalmente aplicable a la práctica totalidad de los españoles, incluyendo a Jacobo. A pesar de ello, la mayoría de esos mismos españoles niegan ser nacionalistas, incluyendo a Jacobo. Y esos mismos españoles insisten en llamar nacionalistas a los de otras naciones del estado español, incluso cuando la definición se les podría aplicar en menor grado que a los españoles.

    4- Las posturas de los llamados “nacionalistas periféricos” son exactamente las mismas que las de los autoproclamados “nonacionalistas”. Más aún, los autoproclamados “nonacionalistas” suelen mantener posturas más intransigentes y agresivas en varios aspectos.

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  12. Añado también que Jacobo muestra un cierto grado de desinformación respecto a Catalunya (mi tierra) y a pesar de eso emite juicios con una ligereza notable. Ejemplo:

    “Por eso unos quieren prohibir el catalán -aunque sea secretamente- y otros el castellano, a base de multas para el que rotula en ese idioma y cosas así”.

    Hecho: en Catalunya hay una ley que obliga a los comerciantes a rotular como mínimo en catalán. Además de eso, pueden rotular en cualquier otro idioma, inlcuyendo el español. A nadie se le ha puesto una multa por rotular en español si además rotulaba en catalán.

    Así pues, la afirmación de Jacobo es falsa. Su desconocimiento de Catalunya le ha llevado a dar por buena una información falsa (supongo que de las fuentes habituales) y a modular su opinión sobre Catalunya a partir de esa información falsa.

    Hecho 2: En España hay un buen número de leyes que obligan al uso del español y ponen multas a quien no lo haga. Por ejemplo, una ley que obliga a etiquetar los productos como mínimo en español. Además de en español, la etiqueta puede llevar texto en otros idiomas.

    Véase como esta ley es prácticamente idéntica a la ley catalana sobre los rótulos en establecimientos comerciales, con la única diferencia de que se aplica al etiquetaje de los productos. Sin embargo, no he leído yo a Jacobo (quizás porque desconoce la ley) ni a nadie (incluyendo gente que la conoce) decir que esa ley está hecha para prohibir en España (incluyendo Catalunya) el catalán y todos los idiomas que no sean el español. Cuando se le comenta esta ley a un español su respuesta suele ser justificatoria, la ven como “normal”. Los mismos que critican la ley catalana como una imposición, atentado a la libertad, ir contra el español, nacionalismo xenófobo, etc...

    Este ejemplo sirve para ilustrar por un lado el desconocimiento sobre Catalunya (y sobre España), y por otro el doble rasero con que se miden unas cosas y otras. Lo que en España se ve como absolutamente normal, en Catalunya se juzga como nacionalismo opresivo antiespañol.

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  13. Jacobo, veo que has renunciado a responder en Avui, y en cambio pones aquí una versión distorsionada de mis argumentos, y no tanto para responderla como para ridiculizarla. Eso Santiago no lo hacía. ;-)

    El argumento completo está en http://avui.elpunt.cat/noticia/article/7-vista/8-articles/202695-tv-inadaptades.html (en catalán).
    Lo repito aquí: Jacobo argumenta que los catalanes ya tienen un estado propio, que es España. Yo le respondo que ese no es un estado de los catalanes, que es un estado de los españoles, y pongo el ejemplo de que aún si los catalanes votan al 100% a un presidente, los españoles pueden elegir a uno distinto. Jacobo entiende de eso que los catalanes no son españoles (¿dónde he dicho yo eso?), que los madrileños tampoco (¿ein?) y que los de Vic no son catalanes (¿comorrrrrr?).

    Intentaré aclarar mi argumento: tú tienes algo “propio” cuando es tuyo y exclusivamente tuyo. Los catalanes no tienen un estado propio, pero sí tienen un país propio: Catalunya. Los españoles sí tienen un estado propio: España. Los catalanes en su condición de españoles participan del estado español, pero el estado español no es su estado propio. Igual que no lo es de los madrileños o los andaluces como tales, sinó en su condición de españoles.

    ¿Entiendes ahora el argumento?

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  14. フランシスコ, lo de considerar que los que no son nacionalistas catalanes son nacionalistas españoles no es una cuestión de “nosotros vs ellos”, sino un simple examen de las posturas de unos y otros. Cuando las posturas de un español que se proclama “nonacionalista” son las mismas que las de un catalán al que se considera “nacionalista”, ¿cómo hay que llamar a ambos? O los dos son nacionalistas o los dos son no nacionalistas; aplicarles nombres distintos es o un error o pura hipocresía. Y reto a quien sea a presentar una postura de los nacionalistas catalanes que no sea mantenida en similar o mayor medida por los autoproclamados “nonacionalistas”.

    Cuando tú hablas de “ciudadanía de un Estado de derecho" estás simplemente trasladando el debate de “nación” a “estado” sin cambiar absolutamente nada. Los estados tienden a conformarse como naciones, y en el caso español, fue constituido de forma directa y explícita como estado-nación (léase la constitución del 78, especialmente en la interpretación que ha hecho de ella el actual TC en su sentencia sobre el Estatut). En lugar de “naciones con identidad colectiva” hablamos de “estados con identidad colectiva”. En lugar de “lengua nacional” hablamos de “lengua estatal” (u “oficial en todo el estado” o “común”, que son otros términos usados para decir lo mismo).

    La defensa que algunos hacéis del estado (estado que “casualmente” coincide con vuestra nación) se hace en exactamente los mismos términos y con los mismos objetivos que otros defienden una nación que ahora no tiene estado. ¿Qué hay de distinto entonces?

    Más aún: si defender un estado es “nonacionalismo”, entonces los que ahora son nacionalistas catalanes, ¿el día que Catalunya sea independiente pasarán a ser “nonacionalistas”? Estás diciendo que un “nonacionalista” es un nacionalista cuya nación tiene un estado. ¿De verdad te satisface esa definición?

    Jacobo, ¿no te has planteado que eres tú quien está “buscando atajos” para intentar demostrar que tú no piensas como tus denostados nacionalistas, cuando en realidad piensas exactamente como ellos? Te recuerdo que ya llegaste a admitir que tú tenías sentimientos identitarios exactamente igual que cualquiera de los que tú consideras nacionalistas catalanes, aunque para mantener tu postura superior “nonacionalista” al principio definías identidad como, cito, “pulsión irracional semi-religiosa que no admite escrutinio”. Luego, cuando te demuestro que tú tienes los mismos sentimientos identitarios (“mi lengua”, “mi tierra”) que yo o que cualquier catalán, cambias la definición a “sentimiento de pertenencia a un grupo humano”.
    Cuando son los demás los que tienen sentimientos identitarios, entonces eso es una , “pulsión irracional semi-religiosa que no admite escrutinio”. Cuando los tienes tú, entonces es un “sentimiento de pertenencia a un grupo humano”. Muy conveniente, ¿no?
    ¿No te has planteado que quizás tus sentimientos identitarios son igual de irracionales que los de un catalán? ¿No te has planteado que ese nacionalista catalán simplemente tiene un sentimiento de pertenencia a un grupo humano tan racional o irracional como el tuyo?
    Es esa doble vara de medir, esa ley del embudo, la que resulta irritante en las argumentaciones de los autoproclamados “nonacionalistas”. Vuestro razonamiento funciona:
    Hecho 1: Yo no soy nacionalista.
    Hecho 2: Él es nacionalista.
    Hecho 3: Él no comparte mi sentimiento de pertenencia hacia mi estado-nación, tiene sentimiento de pertenencia hacia otra nación.
    Conclusión: Su sentimiento de pertenencia es distinto que el mío.
    Quizás podriáis empezar a plantearos que los hechos 1 y 2 no son tanto hechos como una opinión vuestra, una clasificación a priori. Quizás podriáis empezar a plantearos que la conclusión viene determinada no por la observación de los sentimientos de pertenencia y lo que implican, sino por vuestros prejuicios expresados como hechos 1 y 2. No sé, aunque sólo sea como hipótesis intelectual.

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  15. フランシスコ, lo de considerar que los que no son nacionalistas catalanes son nacionalistas españoles no es una cuestión de “nosotros vs ellos”, sino un simple examen de las posturas de unos y otros. Cuando las posturas de un español que se proclama “nonacionalista” son las mismas que las de un catalán al que se considera “nacionalista”, ¿cómo hay que llamar a ambos? O los dos son nacionalistas o los dos son no nacionalistas; aplicarles nombres distintos es o un error o pura hipocresía. Y reto a quien sea a presentar una postura de los nacionalistas catalanes que no sea mantenida en similar o mayor medida por los autoproclamados “nonacionalistas”.

    Cuando tú hablas de “ciudadanía de un Estado de derecho" estás simplemente trasladando el debate de “nación” a “estado” sin cambiar absolutamente nada. Los estados tienden a conformarse como naciones, y en el caso español, fue constituido de forma directa y explícita como estado-nación (léase la constitución del 78, especialmente en la interpretación que ha hecho de ella el actual TC en su sentencia sobre el Estatut). En lugar de “naciones con identidad colectiva” hablamos de “estados con identidad colectiva”. En lugar de “lengua nacional” hablamos de “lengua estatal” (u “oficial en todo el estado” o “común”, que son otros términos usados para decir lo mismo).

    La defensa que algunos hacéis del estado (estado que “casualmente” coincide con vuestra nación) se hace en exactamente los mismos términos y con los mismos objetivos que otros defienden una nación que ahora no tiene estado. ¿Qué hay de distinto entonces?

    Más aún: si defender un estado es “nonacionalismo”, entonces los que ahora son nacionalistas catalanes, ¿si algún día Catalunya es independiente pasarán a ser “nonacionalistas”? Estás diciendo que un “nonacionalista” es un nacionalista cuya nación tiene un estado. ¿De verdad te satisface esa definición?

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  16. Jacobo, ¿no te has planteado que eres tú quien está “buscando atajos” para intentar demostrar que tú no piensas como tus denostados nacionalistas, cuando en realidad piensas exactamente como ellos? Te recuerdo que ya llegaste a admitir que tú tenías sentimientos identitarios exactamente igual que cualquiera de los que tú consideras nacionalistas catalanes, aunque para mantener tu postura superior “nonacionalista” al principio definías identidad como, cito, “pulsión irracional semi-religiosa que no admite escrutinio”. Luego, cuando te demuestro que tú tienes los mismos sentimientos identitarios (“mi lengua”, “mi tierra”) que yo o que cualquier catalán, cambias la definición a “sentimiento de pertenencia a un grupo humano”.
    Cuando son los demás los que tienen sentimientos identitarios, entonces eso es una , “pulsión irracional semi-religiosa que no admite escrutinio”. Cuando los tienes tú, entonces es un “sentimiento de pertenencia a un grupo humano”. Muy conveniente, ¿no?
    ¿No te has planteado que quizás tus sentimientos identitarios son igual de racionales o irracionales que los de un catalán? ¿No te has planteado que ese nacionalista catalán simplemente tiene un sentimiento de pertenencia a un grupo humano tan racional o irracional como el tuyo?
    Es esa doble vara de medir, esa ley del embudo, la que resulta irritante en las argumentaciones de los autoproclamados “nonacionalistas”. Vuestro razonamiento funciona:
    Hecho 1: Yo no soy nacionalista.
    Hecho 2: Él es nacionalista.
    Hecho 3: Él no comparte mi sentimiento de pertenencia hacia mi estado-nación, tiene sentimiento de pertenencia hacia otra nación.
    Conclusión: Su sentimiento de pertenencia es distinto que el mío.
    Quizás podriáis empezar a plantearos que los hechos 1 y 2 no son tanto hechos como una opinión vuestra, una clasificación a priori. Quizás podriáis empezar a plantearos que la conclusión viene determinada no por la observación de los sentimientos de pertenencia y lo que implican, sino por vuestros prejuicios expresados como hechos 1 y 2. No sé, aunque sólo sea como hipótesis intelectual.

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  17. Primero y fundamental, Raimon, mi intención no era en absoluto ridiculizarte y te pido disculpas si en algún momento me he extralimitado en mi crítica que nunca ha querido ser personal ni hiriente. Lo mismo te digo si he tergiversado tus palabras de alguna manera.

    La ley catalana sobre la rotulación es, desde mi punto de vista una barbaridad. Cataluña es una parte integrante de España: en Cataluña existen dos lenguas oficiales, el catalán y el español. Sigo sin entender por qué, si un tendero prefiere rotular sólo en una de las dos lenguas cooficiales no puede hacerlo, más aún cuando la legislación vigente -la Constitución del 78- no señala ninguna como preferente. Lo que están cometiendo las autoridades autonómicas catalanas (representantes máximas del Estado en su ámbito de competencia, en Cataluña) es una extralimitación de sus prerrogativas: está poniendo una de las dos lenguas oficiales por encima de la otra, algo intolerable no desde mi punto de vista, sino de la Constitución.

    El que los productos sean etiquetados como mínimo en español es algo lógico, sucede en Japón, en China y en todos los países que conozco. Fuera de Cataluña el catalán no es cooficial, por tanto no hay ninguna obligación jurídica de etiquetar en catalán, ni en gallego ni en euskera.

    Sigo sin entender tu argumento sobre el "estado propio". Si algo es "propio" cuando es sólo tuyo, entonces nadie cuenta con estado propio, porque se trata de una realidad colectiva que nunca puedes sentir como exclusivamente tuya, sino compartida; de ahí viene el que ni los madrileños, según tu argumento, no puedan sentir a España como su estado propio.

    Te agradezco mucho (muchísimo) el que te hayas tomado la molestia de pasarte por el blog y dejarnos tu opinión. Espero que no sea esta la última. Por cierto, no he dejado de aparecer por el AVUI (de hecho hoy he hecho un pequeño comentario), sino sencillamente creí que ya era un poco cansino por mi parte continuar comentando un artículo de hace tres días en la página de un periódico que de algún modo es una puerta abierta a todos los lectores y no solamente a dos, por eso me vine aquí a continuar escribiendo mis bobadas en la confianza de que, si creías conveniente continuar con el coloquio te pasaras por aquí. Busqué en Google si tenías alguna web propia (blog o página de algún tipo) para hacerlo yo "en tu casa", pero sólo he encontrado tu intervención en otros foros similares al de AVUI.

    Finalmente te agradezco el que hayas escrito en castellano, pero te repito lo que ya apunté en la otra página: siéntete libre de expresarte en catalán siempre que quieras en este blog.

    Un abrazo

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  18. Ahora resulta que la RAE es la biblia del catalanismo.
    Mis vecinos que tienen un restaurante chino, fueron multados por escribir la carta en chino, inglés y castellano. Psss (no había cliente autóctono que no supiera que le ofrecían mis amigos)He viajado por muchos países y en la mayoría los comercios rotulan en el idioma que quieren. Que sensación de ridículo siento cuando las peluquerías mas modestas han borrado la "l" para poner dos erres apretadas para que no les multen. Etiquetar un producto en España donde se mostraran sus componentes en swahili sería un justo delito, pero el rótulo externo de un comercio en swahili en medio del Eixample de Barcelona, sería exótico y a nadie molestaría, pero en Cataluña sería ilegal.
    Yo me pierdo entre las definiciones de país , nación y patria, lo que está claro es que me produce jaqueca la idea de pertenecer a un estado catalanet, sueño con pertenecer a un estado democrático lo mas amplio posible, si viera fundirse España con el resto de Europa estaría mas que contenta, pero me temo que eso hoy es imposible con tanto sentimiento mezclado con ideología para ganancia de unos pocos y pérdida de muchos bobos.Sepa Raimon que en Cataluña vivimos mucha gente que consideramos como propio el Estado Español, y también somos catalanes, así que cuando hable de catalanes diga algunos catalanes creen que no tienen estado propio.

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  19. Bueno, Tokio esta lleno de tiendas con carteles en chino, coreano, inglés, español y no me extrañaría que catalán, sin japonés añadido, obviamente.

    Ojala algún día veamos el estado europeo del que tú hablas, si es posible con una sola lengua oficial, que podría ser el inglés, por qué no, aunque yo, por motivos egoístas me inclino más por el latín, o el gótico de Ulfilas, aunque sólo sea por usar la lengua más inútil que nunca he estudiado, ya sabes...

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  20. Creo que por la gran mayoría de gente sensata que vivís en Cataluña habría que empezar a plantar cara a los nacionalistas. Esto de varias maneras:

    1. Primero denunciando las triquiñuelas lingüísticas con las que nos quieren imponer su paisaje mental de hechos consumados. Cuando se habla, como en el caso de Montilla, del conflicto entre "Cataluña y España" corregir inmediatamente a nuestro interlocutor diciendo. "No, perdón: lo que tú quieres decir es "el conflicto entre Cataluña y el resto de España"". Igualmente con "catalanes y españoles", puntualizar: "catalanes y el resto de los españoles".

    2. No tener pudor en afirmar que las naciones modernas, cuanto más grandes mejor, son un invento cojonudo: gracias a ellas gozamos del estado del bienestar, ni más ni menos. Gracias a que Bélgica existía hace cien años los flamencos no murieron en la miseria; gracias a que existe ahora los valones llevan un buen pasar que no les corresponde a su auténtico poder económico. Tenemos que defender la existencia del estado constitucional con argumentos racionales, tales como los que aparecen por ejemplo en las obras de los constitucionalistas americanos, expresadas en "The Federalist Papers" por ejemplo (publicado en FCE como "El federalista") o el resto de los teóricos del estado como contrato social y no como expresión de identidades irracionales.

    3. Participando en los mismos foros en los que lo hacen los nacionalistas no dejándose ganar el terreno mostrando la evidencia, o sea que, por contra de lo que ellos quieren imponer, el pensamiento racionalista es mayoría en Cataluña, Euskadi y Galicia.

    4. Mostrar que realidades como la lengua y la cultura autóctona no son patrimonio del pensamiento nacionalista, que un no-nacionalista catalán o incluso un castellano puede ser experto mundial en lengua catalana (Pascual), en vasca (Tovar) o gallega (Pensado hija). Lo mismo sucede con la literatura, la música o lo que sea. A los que domináis el catalán (el gallego o el euskera, como el caso de parte de mi familia) yo os animaría a usarlo lo más posible en publico, en privado, por escritura, podcast, blog o morse y así no permitir que el idioma acabe siendo patrimonio del nacionalismo.

    En fin, creo que lo mismo que el nacionalismo ha decidido hacerse oír es el momento de, en la medida de nuestras posibilidades, mostrar nuestra apuesta por la racionalidad, por la existencia de un estado en el que no haya ciudadanos de primera y de segunda, un estado en el que estemos orgullosos de la hazaña intelectual y de convivencia que fue la Transición a la democracia y la Constitución del 78, un estado, en definitiva, en el que se haga gala de lo que nos une y no de lo que nos separa.

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  21. Por decirlo de forma sencilla, ese tal Raimon es un perfecto psicópata. ¡Jo, qué alivio por haberme ido de Cataluña! Por Madrid bien. Muchos indios.

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  22. Cuando llegué a Madrid por primera vez después de vivir en Japón una temporada recuerdo que me parecía la ciudad más hermosa del mundo. Un atardecer contemplando cómo se pone el sol en un día de invierno es inolvidable.

    En Cataluña, como en todas partes, hay gente para todo. La plaga del nacionalismo -como quedó patente en los años treinta por toda Europa- nos puede atacar a cualquier lugar del planeta y en cualquier momento.

    Con respecto al resto de tu comentario si viniera de otra persona lo discutiría: como sé que no se trata de una descalificación ad hominem sino de un diagnóstico pericial basado en lo que has leído no puedo entrar en ello; profesionalmente sólo estoy capacitado para hablar de la evolución de las oclusivas sordas en catalán, digamos, de procesos sintácticos y cosas por el estilo.

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  23. Bueno, con lo de psicópata me estaba refiriendo a esos tipos que quieren resolver problemas personales montando el pollo colectivo. Nunca parecen caer en la cuenta de lo fácil que es que sus mágicas soluciones acaben en un baño de sangre. O a lo mejor si caen y eso es precisamente lo que quieren. Al que anda jodido, porque no jode o lo que sea, nada le consuela más que colocar a los demás en su misma situación.

    Lo de las sordas oclusivas, pues qué quieres que te diga.

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  24. Cuando uno lee cosas de antes de la Guerra Civil, Franco de Paul Preston, por ejemplo, se da uno cuenta de que la situación no era para tanto, que se montó la cosa seguramente por los insensatos que por un lado promovían la revolución a todo trapo y los otros (como Franco) que por cuatro lecturas ridículas que habían hecho estaban convencidos de que en lugar de cuatro colgados sin gran capacidad de organización tenían a toda una horda de rojos sanguinarios.

    Aquí creo que pasa lo mismo: en lugar de una legión de separatistas tenemos a un grupo de cantamañanas que se han comprado un bombo cada uno y que no paran de tañirlo. No hay que confundir al pueblo prudente de Cataluña con cuatro desaforados. Dixit.

    Por cierto, de las sordas o de las oclusivas nada, lo que quieras...

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  25. Cuatro eran cuatro y se armó la que se armó. Mejor pararles los pies antes de que lo hayan infeccionado todo.

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  26. Deberíamos haberles parado los pies hace treinta años impidiéndoles que entraran en las escuelas a maleducar a los muchachos. Con todo, todavía estamos a tiempo: la reforma de la Constitución debería definir claramente la educación primaria y secundaria como competencia exclusiva del gobierno central y no de las conserjerías (perdón, "consejerías) de las comunidades autónomas.

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  27. Por cierto, no son cuatro, son según ellos mismos exactamente 2800, los que han firmado en la página de "Ara o mai" pidiendo a los políticos una lista unificada por la independencia. Llevan solicitando adhesiones todo el mes. Calculo que al ritmo actual llegarán a los millones que necesitan para superar el cincuenta por ciento de la población de Cataluña más o menos para el año dos mil trescientos.

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  28. Jacobo, agradezco tus palabras sobre que no pretendías ridiculizarme. Pero, la verdad, suenan un poco falsas cuando en tu blog hablas de mí (dentro de un colectivo) en términos claramente ridiculizantes, cuando no insultantes. Por ejemplo, me excluyes de la “gente sensata”, así, alegremente, me consideras parte de “una plaga” y aceptas incluso que directamente se me califique de “psicópata”. Pues menos mal que no pretendes ridiculizar, que si llegas a pretenderlo... :-O
    Me suelen importar poco los insultos, pero esta hipocresía tan flagrante llega a resultar molesta, y no me parece que favorezca ni mi participación ni la de nadie.

    Al tema. Dices: la ley catalana que impone el uso de una lengua es una barbaridad. La ley española que impone el uso de una lengua es normal. ¡Bravo! Es un ejemplo perfecto de ese doble criterio tan habitual en el nacionalismo español: si algo lo hace España, está bien. Si ese mismo algo lo hace Catalunya, está mal. Por definición. Y luego ya buscaremos “atajos” (por usar tu término) para justificar el doble criterio. Veamos tus atajos.

    Primero, establecer que estamos hablando del territorio de Catalunya, así que el hecho de que el catalán no sea oficial fuera de Catalunya es irrelevante. Dentro de Catalunya el catalán es tan oficial (en teoría) como el español. Uno imaginaría que las obligaciones y derechos de dos lenguas oficiales deberían ser las mismas. Pero parece ser que para ti no es el caso.
    El que el español sea cooficial en Catalunya tampoco tiene relevancia. No se está prohibiendo el uso del español, por lo tanto su oficialidad o no no importa.
    Lo que se hace es obligar a usar TAMBIÉN la otra lengua oficial. Y eso no se hace por capricho, sino para defender el derecho de los catalanoparlantes a ser atendidos en su lengua.
    Tú pones por delante el supuesto derecho del tendero castellanoparlante a sólo usar el español al derecho del cliente catalanoparlante a usar el catalán... pero sólo en el caso de la ley catalana. Porque para la ley española (que también rige en Catalunya) aplicas el criterio contrario. En ese caso, el derecho del productor catalán (o alemán o chino) a etiquetar sólo en catalán (o en alemán o chino o inglés) no existe. Y en cambio ves “normal” que se defienda el derecho del cliente castellanoparlante a tener el etiquetado en su lengua.
    ¿Porqué cuando se obliga al catalán predomina el derecho del vendedor castellanoparlante? ¿Porqué cuando se obliga al español predomina el derecho del cliente castellanoparlante? Denominador común: siempre predominan los derechos de los castellanoparlantes, tanto cuando son productores como cuando son clientes. Eso es la postura que tiene con respecto a su lengua nacional alguien que se proclama “no nacionalista”. ;-)

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  29. Al tema. Dices: la ley catalana que impone el uso de una lengua es una barbaridad. La ley española que impone el uso de una lengua es normal. ¡Bravo! Es un ejemplo perfecto de ese doble criterio tan habitual en el nacionalismo español: si algo lo hace España, está bien. Si ese mismo algo lo hace Catalunya, está mal. Por definición. Y luego ya buscaremos “atajos” (por usar tu término) para justificar el doble criterio. Veamos tus atajos.

    Primero, establecer que estamos hablando del territorio de Catalunya, así que el hecho de que el catalán no sea oficial fuera de Catalunya es irrelevante. Dentro de Catalunya el catalán es tan oficial (en teoría) como el español. Uno imaginaría que las obligaciones y derechos de dos lenguas oficiales deberían ser las mismas. Pero parece ser que para ti no es el caso.
    El que el español sea cooficial en Catalunya tampoco tiene relevancia. No se está prohibiendo el uso del español, por lo tanto su oficialidad o no no importa.
    Lo que se hace es obligar a usar TAMBIÉN la otra lengua oficial. Y eso no se hace por capricho, sino para defender el derecho de los catalanoparlantes a ser atendidos en su lengua.
    Tú pones por delante el supuesto derecho del tendero castellanoparlante a sólo usar el español al derecho del cliente catalanoparlante a usar el catalán... pero sólo en el caso de la ley catalana. Porque para la ley española (que también rige en Catalunya) aplicas el criterio contrario. En ese caso, el derecho del productor catalán (o alemán o chino) a etiquetar sólo en catalán (o en alemán o chino o inglés) no existe. Y en cambio ves “normal” que se defienda el derecho del cliente castellanoparlante a tener el etiquetado en su lengua.
    ¿Porqué cuando se obliga al catalán predomina el derecho del vendedor castellanoparlante? ¿Porqué cuando se obliga al español predomina el derecho del cliente castellanoparlante? Denominador común: siempre predominan los derechos de los castellanoparlantes, tanto cuando son productores como cuando son clientes. Eso es la postura que tiene con respecto a su lengua nacional alguien que se proclama “no nacionalista”. ;-)

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  30. Otro doble criterio: la ley española sólo obliga al etiquetado en español, no obliga al etiquetado en ninguna otra lengua oficial para los territorios con más de una lengua oficial. Es decir, según tus propias palabras “está poniendo una de las dos lenguas oficiales por encima de la otra, algo intolerable no desde mi punto de vista, sino de la Constitución”.
    Pero no, para ti cuando lo hace la administración española con el español, no sólo es tolerable, es algo “normal”. Esa supuesta extralimitación sólo se produce cuando la hace la administración catalana con el catalán. ¿Porqué esa diferencia de criterio? ¿Porqué poner el español por encima del catalán es algo “normal” y en cambio poner (según tú) el catalán por encima del español es “una extralimitación”?

    Y eso sin entrar en que en Catalunya hace falta esa ley para que la gente sea atendida en catalán, dado que hay un gran número de comercios que sólo están rotulados en español. En cambio, en España la necesidad de esa ley es escasa, dado que el monolingüismo del mercado ya hace que los fabricantes etiqueten en español. Ahí tú abandonas el pragmatismo en las lenguas y pasas a la defensa de los derechos lingüísticos de la gente per se. Pero sólo de los castellanoparlantes, que se ve que son los únicos que los tienen.

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  31. Sobre la constitución, en realidad su texto sí que abona que se haga más por el catalán que por el español (y no al contrario como ahora sucede). Véase el texto:
    Artículo 3.
    1. El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.
    2. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos.
    3. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.
    El 3.2 haría pensar que el catalán en Catalunya sería “también” oficial, igual que lo es el español. En tu interpretación (y en la del TC y del nacionalismo español en general) ese “también” quiere decir “por detrás del español y siempre algo menos”. Véase la interpretación del TC según la cuál el español es obligatorio y el catalán es opcional. El doble criterio una vez más, incluso contra la constitución.
    Añadamos el 3.3 que dice específicamente que serán esas “demás lenguas españolas” las que serán “objeto de especial respeto y protección”. No es el español el que deberá ser objeto de especial respeto y protección. Es el catalán (y las otras lenguas cooficiales) el que debe tener ese respeto SEGÚN LA CONSTITUCIÓN. La letra es muy clara.
    Pero a pesar de eso, según los nacionalistas españoles, el español va primero y las otras son lenguas de segunda. El español se puede imponer y eso es “normal”, pero si se impone el catalán eso es “una barbaridad”. Diga la constitución lo que diga.

    ¿De verdad no ves el doble criterio? ¿Realmente eso te parece “normal”? Te aseguro que a mí me pasma que gente que es evidentemente capaz de razonar, como tú, pierdan esa capacidad lógica cuando les tocas según qué temas. Tus dogmas (“yo no soy nacionalista”, “España es un buen estado no nacionalista”, “la lengua española debe tener prioridad”) están pasando por delante de tu capacidad de razonar.

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  32. Sobre estado propio, se me hace difícil explicarme con más claridad. El problema es que no tienes en cuenta que una simple persona pertenece a distintos conjuntos. Los madrileños como madrileños no pueden sentir a España como estado propio, porque no lo es. Los madrileños que a su vez sean españoles, como españoles pueden sentirlo, porque sí lo es. Pero no es su condición de madrileños lo que les da el estado, sino su condición de españoles. Si un madrileño dejara de ser español, seguiría siendo madrileño, pero el estado español no sería su estado.

    Podemos usar la gastada metáfora de los uniformes. Si tú te pones el uniforme de madrileño, entonces no tienes un estado propio. Si no llevas ningún uniforme tampoco tienes estado propio. Si tú te pones el uniforme de español, entonces sí lo tienes. Lo que te da un estado es tu uniforme, no tu persona. Por lo tanto, como Jacobo o como madrileño no tienes estado propio. Lo tienes sólo como español. Si alguna vez dejaras de ser español, tú seguirías siendo Jacobo y madrileño, pero el estado español no sería tuyo.

    Espero que esto haya sido lo bastante claro.

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  33. 3- Adelante, la participación educada y razonada siempre es bienvenida. Además, suele acabar por demostrar (como pasa continuamente en Avui) que los argumentos de los nacionalistas españoles son o falaces o basados en datos falsos o ambas cosas. El pensamiento racionalista es mayoría en Catalunya, por eso los nacionalistas españoles son minoría. ;-)

    4- Eso es un “no argumento”. Cualquiera puede aprender otra lengua, la lengua no es exclusiva de nadie. Hay unos cuantos catalanes nacionalistas españoles que saben catalán perfectamente, y todos los nacionalistas catalanes saben español, algunos mejor que muchos nacionalistas españoles. ¿Y?

    En fin, nada nuevo salvo el 4, que es como si no existiera.

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  34. Jacobo, otra muestra de lo que tú consideras por “respeto”. Francisco de la Vega me llama “psicópata”. Cualquiera, incluso un perfecto lego, sabe que no se puede hacer “un diagnóstico pericial” basado en lo leído en un foro. Mucho menos que lo que yo he escrito indique ninguna psicopatía. De hecho, el comportamiento de Francisco, habitual en Avui, es bastante más parecido a la psicopatía que el mío. ;-)
    Y más cuando ves que el “diagnóstico pericial” de Francisco es del nivel “científico” de “esos tipos que quieren resolver problemas personales montando el pollo colectivo.”. Una tontería como esa descalifica a quien la escribe y a quien la acepta.

    Jacobo, que un evidente insulto como ese te parezca bien sólo porque va dirigido a quien no comparte tus tesis me parece bastante penoso. ¿Eso lo llamas tú racionalismo?

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  35. En fin, que sigues aplicando lo que ya expliqué (y que veo que no has comentado). Tú das como dogma de fe que tú no eres nacionalista. Eso para ti no admite discusión. Por mucho que tú muestres actitudes exactamente iguales a las de cualquier llamado nacionalista, tú seguirás siendo no nacionalista.

    Igualmente, das como dogma de fe que tú eres racionalista. Eso tampoco admite discusión, por mucho que tomes actitudes tan irracionales como los dobles criterios explicados arriba, o como los insultos hacia los que no piensan como tú que escribes tú mismo o aplaudes en otros.

    Con esas dos premisas asentadas como dogmas de fe inmutables, entonces tu razonamiento es fácil:
    - Como yo soy no nacionalista, cualquiera que no comparta mi mis posiciones es nacionalista.
    - Como yo soy racional, cualquiera que no comparta mis posiciones es irracional.

    ¡Y ya lo tienes todo resuelto! No te molestas en comparar tus posiciones con las de los llamados nacionalistas. No te molestas en ver los argumentos que tienen los que no comparten tus posiciones. Por definición, ellos son nacionalistas irracionales, así que puedes ignorar sus argumentos y razones.

    Te sugeriría que pusieras en duda tus dogmas. Que te plantees si tu postura es “no nacionalista”, y si así es, si la de los demás es “nacionalista”.

    De hecho, para empezar, quzás sería útil que definieras qué es el “nacionalismo”. Por lo que veo, ni a ti ni a oriloco os va bien la definición de la RAE. Muy bien, busquemos otra. Dado que tú tienes tan claro que tú eres no nacionalista y que otros lo son, supongo que tendrás una definición bastante clara de qué es el nacionalismo, qué planteamientos ideológicos y qué posturas concretas permiten decir que alguien es nacionalista. Expón esa definición, comentémosla. Veamos de qué manera tu pensamiento y el de los autoproclamados “nonacionalistas” se adecúa a esa definición. Y veamos cómo lo hace el de los que tú consideras “nacionalistas”.

    Curiosamente, cuando hago esta petición casi nunca obtengo respuesta. Se ve que para los autoproclamados nonacionalistas la división entre nacionalistas y no nacionalistas no responde a criterios racionales, sino a su libre elección según les parezca. A ver si alguien que presume de racional es capaz de darme esa definición y esos criterios.

    Y luego se podría abrir un interesante debate sobre tu concepto de racionalismo y cómo lo usas. Pero eso sería otro tema complicado y más vale que nos centremos en definir el nacionalismo, que creo yo que ya costará lo suyo.

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  36. Vaya, ahora veo que algunos posts que habían dado error ("string too large") y que he vuelto a enviar, al final sí se han publicado por duplicado. Si puedes borrar los duplicados...

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  37. Raimon:

    Si lees los posts de los días siguientes, verás que he cambiado de opinión y que he decidido no comentar más sobre el tema del nacionalismo de Cataluña. Si alguna vez vuelvo a opinar sobre alguna circustancia relativa a asuntos catalanes será acerca de la fonología o la sintaxis de su lengua, sobre lo que me considero moderadamente capacitado.

    Con respecto a si te has sentido ofendido por por los calificativos que se vierten sobre ti y tus compañeros, solo está en mi mano pedirte disculpas. Espero que no vuelva a suceder.

    Que sigas bien.

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