miércoles, 31 de diciembre de 2008

Dos maestros (y alguno más)

Cruel trabajo el que descansa en la memoria: ¿Quién fue aquella maestra que me enseñó las primeras letras, las cuatro reglas fundamentales, esa treintañera que ponía tanto cariño en sus clases parvularias? Se me han despintado el nombre y la cara por completo. Queda sólo un aroma de agradecimiento de un niño temblón y asustadizo por su labor, por ese trabajo que hizo que un mocosillo despistado y triste se siga aferrando al aprender cual clavo salvador. En fin, si ella o alguno de los que por olvido no nombro leyera lo que sigue, les pido mil perdones.

De los ocho años del colegio elemental algunas caras sí me vienen ahora a la memoria: recordaré nada más a D. Juan, el maestro al que debo sin duda el verano más apasionante de mi vida: con los catorce años recién cumplidos me suspendió y me obligó a pasar tres horas cada día encima de los rudimentos del álgebra. Para un adolescente imagino que no hay descubrimiento más fascinante que el de observar cómo de la noche a la mañana la materia cutre de las cifras se convierte en un juguete mágico sólo por obra del esfuerzo de dos o tres semanas. De aquel verano, gracias a ese maestro sabio, saqué una conclusión senequiana que creo que ha sido la más valiosa de mi vida: Nada hay despreciable para el agudo ingenio.

Durante el bachillerato acabé en un instituto lleno de jipis setenteros. Entre esa progresía peluda y multicolórica había de todo: también profesores extraordinarios. Ahí estaba Antonio Aranda, el de literatura, al que yo debo otro descubrimiento impagable: en un texto, en cualquier frase, hasta el más tonto artículo lleva intención; y labor divertidísima es buscarla.

De la fauna universitaria que me tocó en suerte podría escribir doscientas páginas y no todas malas: ahí estaban, por ejemplo mi Luis Santos y mi Julio Borrego, dos especímenes egregios de cabezón salmantino, grises por fuera, genios por dentro, de los que aprendí barbaridades de sintaxis, semántica, lingüística en general y, sobre todo, de ironía castellana, a veces caústica pero siempre entrañable. También tengo que nombrar a Juan Lorenzo y recordar aquel fenómeno que creo que me sucedió por vez primera en mi vida: cuando no podía asistir a sus clases algo se me rompía por dentro sintiendo el desperdicio vital que perpetraba alejado de su aula.

Ya era yo estudiante talludito (veintiocho, me parece) cuando comencé la asignatura de Carmen Pensado, la Lingüística Románica: en las clases de Carmen uno tenía la sensación de encontrarse rodeado de un paisaje remoto, en la jungla amazónica, pongamos. Tenías que abrirte camino a machetazos, y sólo contabas con la tijerita de las uñas. En las clases de Carmen yo comprendía una décima parte: pero ese diez por ciento era obviamente la materia de los sueños. Ella sabía de aquella realidad  -que entendíamos lo que el negro en el sermón- pero se negaba a rebajar el nivel de la asignatura:  su trabajo era enseñar lo que enseñaba, no alimentar con papilla deglutida a la masa de memos lingüísticos que éramos nosotros. Yo en aquella época ya tenía la conciencia de que, fuera como fuera, constituíamos una pandilla de fulanos afortunados: por asistir a clases como las de Carmen la gente recorría kilómetros y kilómetros, solicitaba becas, se iba a escuelas de nombres que llenaban la boca al pronunciarlos; nosotros gozábamos del lujo de tenerla en nuestra universidad, una mediocre universidad provinciana perdida en un rinconcito del mundo. Una vez fui a su despacho a consultarle alguna duda sobre un artículo escrito por uno de los popes intocables de la disciplina. Le planteé mi problema; pensó un instante, torció la naricita moviendo ligeramente las gafas con un gesto encantador muy suyo y me dijo: "Pues yo tampoco lo entiendo. Espera un momento que le llame por teléfono". Miró el reloj y ese instante se corrigió. "No, ahora no, que está comiendo. Vamos a esperar media hora a que vuelva a su despacho."

Mi visión de la fonología histórica no sería la misma si no hubiera tenido la suerte de encontrarme con Carmen Pensado; mis clases hoy en día serían muy diferentes si no hubiera asistido a las de José Antonio Pascual. Si lee esto alguna vez, le pido que me disculpe: lo cierto es que, a pesar de todo, no puedo recordar si aprendí gran cosa en sus lecciones o no. Cuando intento traer a la memoria imágenes de él en aquellos años (ya han pasado casi veinte) sólo me vienen aquellas que nada tienen que ver con la Historia de la Lengua Española, la asignatura de la que se encargaba, sino, por ejemplo, una entrando en el aula a las nueve de la mañana con cara de horror y, sin apenas saludar, soltarnos: "Están bombardeando Bagdad: no se crean todo lo que oigan y piensen por sí mismos". Hay días en que, en medio de una explicación gramatical, siento la tentación de repetir la frase con la que interrumpió una de las suyas: "¿Saben ustedes la verdad? Yo no querría ser catedrático de lengua española, sino más bien Bart Simpson. Qué tío, oigan".

En fin, lo que me enseñó José Antonio Pascual (si de verdad algún día me enseñó algo), todo ya se me ha olvidado; pero cuando me enfrento a un conflicto con un estudiante siempre automáticamente me pregunto: ¿Qué haría él? Gracias al ejemplo de mi maestro intento mantener hacia mis alumnos esa actitud de respeto, de cercanía, de afecto, la misma que yo sentí siempre en su presencia. Es que todo está en los libros, claro; pero hay cosas que a lo mejor no: las fundamentales, quizá. Yo tuve la fortuna de recibirlas de quienes las podían dar. Por eso, en este día del Jano Bifronte en el que miramos para atrás, he querido enviarles así, con unas líneas, todo mi agradecimiento. Qué menos.


martes, 30 de diciembre de 2008

Reposada senectud

Traducción más o menos literal de un e-mail que acabo de recibir en japonés.

¡Una comunidad especializada en las relaciones sexuales! Objetivo: encontrarse rápidamente. ¡Todos al hotel!
Dirigido a hombres y mujeres de más de cuarenta años en cualquier parte del país. En el mundo de la gente de más de cuarenta años hay un gran deseo incumplido de mantener relaciones carnales. Nuestra web es la única que puede satisfacer ese enorme deseo.

Normas:
1. Personas de edad superior a los cuarenta años.
2. El objetivo es exclusivamente el trato carnal.
3. El secreto es básico: por favor, sea discreto.
4. La habitación del hotel se paga a medias.

Forma de contacto:
1. Intercambio de e-mail.
2. Intercambio de dirección electrónica del teléfono móvil.
3. Intercambio de número de móvil.
4. Como mínimo, acceda a nuestra web.

Consejo: a fin de poder mantener ese contacto a tiempo real, se sugiere preferentemente intercambiar el número de teléfono móvil.

Hace medio año más o menos me llegó el mismo, pero mucho más gracioso. Se titulaba: "Abrace a una cuarentona de su barrio, pero abrácela ya". Y concluía: "El nivel es bajo, ¡Pero la abrazará hoy mismo!" En fin, una ocasión más para repetir la gloriosa frase de Agustín Almodóvar: "Señora, es que los choris no descansan".





domingo, 21 de diciembre de 2008

La gran Pepita Grilla


Aquí tenéis (a partir del minuto 47) una entrevista con Rosa Díez en la que se desmontan los argumentos de nuestro Presidente del Gobierno, el Sr. Rodríguez, acerca de la supuesta imposibilidad de la disolución inmediata de los ayuntamientos vascos y navarros gobernados por asesinos. Yo no puedo encontrarle ningún pero a su argumentación: si alguien sí, se ruega que haga uso de la obra de caridad pertinente (Enseñar al que no sabe). 
Tenéis una semana para ver la entrevista; luego TVE la borra de su página electrónica. Una pena...


sábado, 13 de diciembre de 2008

miércoles, 10 de diciembre de 2008

El genio de Brooklyn

Nadie se sorprenderá de que afirme a estas alturas mi esperanza de que mi hijo y todos los muchachos de su generación lean cuando adultos alguna biografía de Woody Allen: habrá en las bibliotecas pocos manuales más completos de la propedeútica de ese difícil arte que es el de saber reírse de la existencia, de todo y de uno mismo, y de hacerlo tomando esta actividad como algo profundo, como la fundamental de  nuestra vida.

Aquí van algunas de sus frases más conocidas. Para la que he dejado en el original inglés no he podido encontrar traducción que le hiciera justicia: seguramente alguno de los que esto leáis será más hábil que yo en este rudo lance del traduttore, traditore...

El sexo sin amor es una experiencia vacía; pero por lo que respecta a experiencias vacías, una de las mejores.
Love is the answer - but while you're waiting for the answer, sex raises some pretty interesting questions.
Soy tan buen amante porque practico mucho yo solito.
El león y el cordero llegarán a dormir juntos, claro; pero no creo que el cordero consiga muchas horas de sueño.
(Without Feathers, 'The Scrolls')
Nunca he sido un intelectual, es sólo que nací con esta pinta.
Cuatro palabras sobre anticoncepción oral: le pregunté a una chica si quería dormir conmigo y respondió: "No".
(Woody Allen Volume Two)
Seguí un curso de lectura rápida y leí Guerra y Paz. Va de Rusia.
(Quote and Unquote)





miércoles, 3 de diciembre de 2008

Madamina...

Ya sabéis de mis dos grandes y ocultas vocaciones: convertirme en Papa (el de Roma) 0 (y) mezzosoprano de fama universal. No obstante, si bien todavía conservo la esperanza de encontrar algún día colmada la primera, con respecto a la segunda (aunque sólo sea por cosa de la edad) ya, poco a poco, voy resignándome a no verla atravesar nunca ese río misterioso que separa el mundo de nuestra gris realidad y el otro de los sueños.
Sí, sí: ya sé que (aunque sólo fuera por no acabar como Alfonso Guerra y su fatídico Gustav Mahler) había prometido no volver a dar la tabarra con Mozart, la ópera y Cecilia Bartoli: Lo poco divierte y lo mucho enfada, dice siempre mi madre con frase sabia como pocas. Pero no se puede evitar, es muß sein: al que se opone a su destino, éste le arrastra.
Ayer por la mañana hacía un frío que pelaba: iba yo por la avenida de Takadanobaba luchando contra la rasca infernal y por cosa de animarme escuchaba en mi IPod el Don Giovanni ese de Barenboim del que ya he hablado muchas veces. Debía de formar una imagen realmente fantasmagórica: un gaijin de malos pelos (los llevo muy largos últimamente) que trotaba cantando Madamina, il catalogo e questo contra la corriente del personal que iba hacia la estación...
Llegué por fin a mi refugio cafetero invernal y ahí, si no fueron veinte veces, ninguna, escuché el mismo fragmento. Me obsesioné tanto con él que, cuando volví a casa me puse a buscarlo en el Youtube: ¡Y mira por dónde me aparece, otra vez, la versión de Zürich del 2001, con la Bartoli de Donna Elvira! El extraordinario László Polgár está soberbio, claro, pero para mí (¡Perdón!) lo irresistible es, mejor que el recitativo previo, la muda interpretación posterior de mi dolce Cecilia. ¿Qué haríamos cuatro o cinco chalados en un mundo sin ella?










domingo, 30 de noviembre de 2008

Gran político perdió el mundo


En el programa de TVE, En noches como ésta, acaban de pasar una entrevista con Diego, "el Cigala". De ella la conversación que sigue. La última frase es una de las más inteligentes que he escuchado en tiempo.

- Antes que nada, vamos a resolver una duda, ¿por qué "Diego, el Cigala" si no te llamas Diego y además, para marisco, ya estaba Camarón?
- Pues resulta que en la pila del bautismo mi tío Ramón y mi padre, que en paz descanse, tuvieron esa trifulca: que el niño, Ramón; que el niño, Diego. Y dijo mi padre: "Bueno, como quieras: ponle Ramón, que de todas maneras mi niño se va a llamar Diego".

sábado, 8 de noviembre de 2008

¿La manguera, dónde está?


Viendo las imágenes de la magna, esplendente, portentosa, monumental, tonante y arrebatadora obra que el Miquel Barceló acaba de rematarnos para la sede de la UNESCO me han venido a las meninges los recuerdos de una historia que sucedió a los pocos días de estar yo por aquí. 

*      *      *

Finalmente había encontrado el cartel sarnoso recomido por la hiedra que señalaba nuestra legación diplomática. Culebreando entre los barreños de limpieza que recogían el agua de la lluvia que por las goteras amenizaba con sus ritmos el ambiente, entré en la coquetona villita casi centenaria. Un paisano se quejaba amigablemente del sablazo que le había supuesto la renovación del pasaporte; tres veces el precio que en España, aseguraba. Me invitaron a sentarme en una sala contigua y en ese momento entró un jovencillo meritorio del Ministerio de Exteriores al que había conocido dos semanas antes. "Mira, mira, Rogelio -digamos-, aquí te voy a presentar a un profesor, " refería a su acompañante, un señor cincuentón, de cintura generosa, vestido de oscuro y cargado más o menos del empaque que los profanos suponemos en los diplomáticos de vieja escuela.
- Ah, ¿profesor? Para los profesores lo que haga falta. Vosotros sois la voz de nuestro país por esta tierra. Por cierto, ¿has comido?
- No, pensaba hacerlo después, cuando terminen con lo de mi pasaporte. 
Miró hacia el mostrador y  la gestión que por la actitud primera del funcionario supuse que se alargaría hasta la hora de la cena quedó en cosa de un minuto. Veinte después ya estábamos delante del mantel, en un restaurante de la zona.
- ¿Te va el pescado?
- Me encanta.
- Pues entonces dos de esto.
Ya en aquel momento yo andaba alucinando: el diplomático, en el taxi, después de haberme preguntado muy directamente mi currículum, había procedido a una recitación rapsódica impromptu de la primera olímpica de Píndaro. Nuestra conversación posterior brujuleó -¡en diez minutos!- desde la poesía medieval islandesa, hasta la inscripción de Botorrita; había pasado por Rilke, minucias de etimología escandinava y una forma verbal que -según él- no aparecía más que en un verso de la Eneida. Y el tío sabía de lo que hablaba.
- Oye, qué rico este pescado, satisfecho afirmó mi interlocutorÍbamos ya por el postre.
- De verdad que sí. Es lo que tiene el Japón.
- ¿A ti que te parece si comemos otra vez?
- ¿Cuándo? Bueno, la semana que viene yo creo que estoy libre...
- No, no: ahora.
Antes de que pudiera reaccionar ya tenía delante de mí el mismo plato -ración extrasize- de hacía treinta minutos.
Me salía el salmón por una oreja. Otro helado; café, copa, puro (él).
- ¿Sabes lo que te digo? Esto del comer es cosa de empezar. -Tono confidencial-. Verás, lo cierto es que estoy casado con una señora teutónica de mucho genio. Hoy me ha preparado un ragú que... En fin, si no paso por mi casa voy a tener un conflicto verdaderamente diplomático. Tú espérame por aquí; luego volvemos a la Embajada que quiero que me eches una mano en cierta cosilla.
Dos cafés más tarde mi nuevo conocimiento regresó  sin presentar, sorpresivamente, síntomas de congestión intestinal. Nuevo taxi; Ovidio, Eminescu y Donelaitis. Al llegar a la Embajada una treintañera rubia de muy buen ver nos esperaba: según me había informado se trataba de una profesora española de instituto que, tras un viaje de turismo por el país, había decidido cambiar una vida grisácea en el nuestro por otra más especiada en éste, andaba buscado trabajillo por las universidades de Tokio y quería asegurarse el apoyo de algún miembro del alto funcionariado hispano aparcado en ultramar.
Las cuatro de la tarde. Bar moderno de Roppongi. Tres gaijines. Espumosa bavieriana. 
- Veréis yo es que era del Partido Comunista pero bien que se la metí al Caudillo embajador ya que tenía que ser sí señor mi rango es equivalente a comandante a capitán de navío con mando en plaza es que ahora soy del PP ¿sabéis? por eso me tienen tanta inquina sin problemas en las próximas generales les vamos a dar bien pal pelo estoy muy informado hace dos semanas me lo decía Isabel Tocino (Isabel Jamón que yo la llamo): "En la próxima arrasamos Rogelio te lo digo yo". -Puesto ahora en pie, varios decálitros de birrita circulantes por el body- ¡¡Felipe, morritos, gatazo, te vamos a correr a palos!! 
Ocho de la noche. La gente que pasa a nuestro alrededor nos felicita: están convencidos de que las decenas de botellas vacías apiladas sobre la mesa, por el suelo, en los rincones; el discurso inacabable del orate; las caras céreas de los otros dos que le acompañan no pueden ser sino la mejor instalación de arte pop que han visto a lo largo de su vida. El diplomático -vigésima segunda vez- se escapa hacia el retrete.
- No me abandones a este chalao, por lo que más quieras (voz de María Barranco, suplicante, en película vieja de Almodóvar).
- Pues cuando fuiste tú para el servicio hace un minuto me pidió que no le dejáramos colgao de sopetón. Que si yo quería que me marchara, pero que te quedaras con él.
- ¡No! ¡Por caridad!
Vuelve restaurado. Me levanto para irme. Ella hace lo mismo. Arde Troya. Pies para qué os quiero. Nos persigue: amaga un placage hacia la hispana. En jugada magistral, de un empellón, logro que marre el lance. Tirado perneará patas arriba a la puerta del garito. Gratitud eterna de la rubia a mi persona.

*        *         *

Aunque nunca volví a ver al erudito diplomático, sí oí rumores bien jugosos de variadas correrías: en setiembre del setenta y cinco, cuando las protestas por los últimos fusilamientos del régimen, se cuenta que en cierta ciudad de Centroeuropa, comandando las turbas indignadas y al grito de "españoles, hideputas", logró pulverizar las ventanas de su propio consulado. A principios del noventa y dos había sido expulsado de un destino en la legación de Estocolmo por supuestos contactos con espías cubanos (o de la Europa del este; nunca quedó del todo claro): nada hermana tanto en zona glacial como veintimuchos mojitos (o  Moscow Mules) en su punto y por su sitio. 
Lo último que me llegó de él es que, tras terminar un segundo doctorado con una tesis de un nivel de erudición atontizante, el Gobierno le había hecho la gracia de enviarle como miembro permanente de la peña que encasquetan a la Unesco. No sé si seguirá por allí. Si es así, me alegro por Barceló; no me extrañaría que le hubiera quitado gran parte del trabajo: se lo habrá pasado pipa echándole mano a la manguera. Bueno, a la manguera y a lo que hubiera menester. ¡Claro! Seguramente sea por eso por lo que el ministro Moratinos eludió hablar del presupuesto; la pintura es lo de menos: el verdadero escándalo estará en el gasto con las birras.


jueves, 6 de noviembre de 2008

Ca la caça del mur, caça es de altanería


En honor de los que como Él no tuvieron la buena suerte de vivir para verlo (y sobre todo, los que, como él, muy a pesar suyo sí la tuvieron) una humilde y sentida celebración...




(¡Hoy no haya penas: ésta también!)


martes, 4 de noviembre de 2008

Un paria más



Aquí tenéis mi voz
alzada contra el cielo de los dioses absurdos,
mi voz apedreando las puertas de la muerte
con cantos que son duras verdades como puños.

Él ha muerto hace tiempo, antes de ayer. Ya hiede.
Aquí tenéis mi voz zarpando hacia el futuro.
Adelantando el paso a través de las ruinas,
hermosa como un viaje alrededor del mundo.

Mucho he sufrido: en este tiempo, todos
hemos sufrido mucho.
Yo levanto una copa de alegría en las manos,
en pie contra el crepúsculo.

Borradlo. Labraremos la paz, la paz, la paz,
a fuerza de caricias, a puñetazos puros.
Aquí os dejo mi voz escrita en castellano.
España, no te olvides que hemos sufrido juntos.


Blas de Otero





lunes, 3 de noviembre de 2008

domingo, 2 de noviembre de 2008

Despropósito, segunda parte



Dear all, I wrote to this list on 7 October concerning the European Commission's plans to extend copyright on sound recordings from 50 to 95 years, in line with the US. The result in the US has been to make access to the vast majority of the record legacy impossible. You can help avoid the same thing happening here by writing to your MEP, but time is now short: the critical date is ***4 November***, when there is a hearing of the JURI Committee of the European Parliament. For further details and links, including help on contacting your MEP, please visit


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Nicholas Cook, FBA
Professorial Research Fellow, Royal Holloway, University of London
Director, AHRC Research Centre for the History and Analysis of Recorded Music






sábado, 1 de noviembre de 2008

La reina roja

Pocos hay más puteros que los reyes, me soltó un día mi abuela recordando la visita de Alfonso Trece a los barrios bajos en vísperas de su histórico periplo por las Hurdes. Ella no había leído a Matt Ridley (The Red Queen), pero ya conocía una de las sabidurías mostrencas que aparecen tan bien explicadas en el libro: poder político y exceso sexual han ido siempre de la mano. La especie humana no es sino una máquina prodigiosa de éxito evolutivo. ¿Cuál ha sido el mecanismo que ha utilizado para ello? Uno de los más destacados, ése, precisamente: el líder de la tribu, a cuya habilidad de organizador o fuerza física el grupo debe la supervivencia, impone su supremacía sobre las hembras y así transmite y extiende sus genes privilegiados a la siguiente camada. Pero el resabio no murió en el África de 2001: los emperadores chinos se quejaban de la dura labor de verse obligados a cumplir diariamente con las dos reinas que los contables del harén les traían hasta el lecho después de haber comprobado en sus listas de períodos mestruales que eran ellas las más proclives al embarazo en esa fecha.
Al final parece que todo sencillo de explicar: la llamada de la jungla, picardías de la evolución biológica, simple y pura arqueología genética. Eso sí: vete tú ahora a Hillary, digamos, explícale teorías y dime qué te cuenta. Es que pasarse cincuenta años al lado de un señor vapuleado continuamente, con las hormonas reventadas a causa de la conducta del jodío antepasado medio mono, y hacerlo calladita... Una al final se lía la manta a la cabeza y salga el sol por donde sea. Además, ¿que los gays o las feministas continúan viviendo en los setenta, que ya se están poniendo verdaderamente plastas con sus continuas matracas sobre discriminaciones inexistentes? Perfectamente de acuerdo. ¿Que según la etimología de matrimonium a la unión de gente del mismo sexo habría que buscarle un nombre diferente? En desacuerdo, pero en desacuerdo respetuoso con una opinión que tiene más de estética que de ética, y sobre gustos, ya se sabe, hay mucho escrito, pero bastante poco leído.
Para qué lo voy a negar: a mí la Reina siempre me ha gustado. Su labor de ejemplo, de amor por las artes y la ciencia, me parece mucho más útil para el país que un pasarse la vida conduciendo cacharros ferolíticos o un exhibir cansino de pasiones de chico deportivo, futbolero, regatón y torerista. 
Acabo de leer la gracia de turno del tontito del PP (¿por qué será que hay tantos por allí?): Está libre el puesto de defensor de la Reina. Majestad, el tontito que no hable por los otros: usted aquí nos tiene; y a mandar.






domingo, 26 de octubre de 2008

Las mil reencarnaciones de Fu Manchú

¡Benditas aquellas tardes de domingos del otoño! Sin reposar la comida salíamos por piernas a ver al cineclub una de Passolini, de ahí a la carrera hasta un cine comercial a devorar el Annie Hall, de donde regresábamos para casa resollando los mil metros: en la tele  ponían, y en versión original -o sea, en sueco-, El séptimo sello. 
Ya no estamos -afortunadamente- para tanto tute; por eso, ¡qué aburridas estas veladas domingueras transdosmilunistas! Para entretenerlas, aquí os dejo el link que nos puso mi colega Mike en su blog: mejor que una de Fumanchú...






viernes, 24 de octubre de 2008

Diga treinta y tres


Cuando no tienes televisión -como es mi caso- el aparato se convierte en el mejor invento de la historia. Pa qué lo voy a negar: me paso la semana esperando la emisión por internet del capítulo del jueves del Cuéntame cómo pasó. A veces tanto fervor tiene su premio: en el de hoy he escuchado una frase de esas de piedra negra de los romanos:

Ya está bien de pensar tanto en los muertos y tan poco en los vivos. 

Pues eso.





jueves, 23 de octubre de 2008

I must be cruel only to be kind


Merece la pena leer una entrevista con un profesor del London School of Economics que nos recomienda Paco en Las casas del canal. Quizá esto sea lo más destacable.

"No comparto los eslóganes que dicen que siempre es bueno hablar. ¿De qué puede hablarse con Al Qaeda? ¿Sobre qué puede negociarse?" se pregunta.

¿Pero no fue la negociación lo que logró acabar con el IRA? No, en opinión de Burleigh, que sostiene que las lecciones que se desprenden del fin del IRA son exactamente las contrarias y que España debería tomar nota de ello para lidiar con ETA. "El IRA fue derrotado porque fue infiltrado totalmente por el espionaje británico", apunta. "La derrota militar fue total y luego se buscó una manera de ayudarles a abandonar las armas", añade. Y concluye: "Siempre tiene que ofrecerse una salida, pero antes hay que derrotarles".






sábado, 18 de octubre de 2008

Caja tonta solo la llamarán los tontos

Lo habré dicho veinte veces: la primera que escuché a Cecilia Bartoli fue como Cherubino en la versión de Barenboim de Las bodas de Fígaro. Por contra a la mayor parte de los piraos de la ópera, antes que el Voi que sapete yo prefiero la primera aria, Non so piu. Hace meses cuando incluí en este blog varias interpretaciones de tres de las más grandes no pude añadir esta última pieza cantada por la Bartoli: entre los cientos de vídeos de su música que andan por la red, ninguno aparecía de esa aria. Después, mirando aquí y allí, me he dado cuenta de que hace ya varios años que la ha retirado de su repertorio.

Pero no hay mal que cien años dure: otro santo ha subido al YouTube una grabación canadiense contemporánea a la de la ópera de Barenboim: pura delicia verla hablando en francés, tan bella, joven y graciosa como aparece en la foto del librito del disco. A mí es que casi se me saltan las lágrimas... 



Aquí tenéis el concierto completo:





viernes, 17 de octubre de 2008

La altura de las pirámides


Chiste de primera página de Le Monde: "Oye, esto de la crisis debe de ser en serio; hace tres días que no hablan de Carla Bruni." 
Sé que a nuestro Presidente Rodríguez le sobran las ideas pero, ¿qué tal un divorcio fulminante seguido de un enlace por lo alto, digamos con algún miembro (masculino, a poder ser) de la Casa de Alba? Cortina de humo perfecta: no habría necesidad de recurrir a estas tan burdas que recientemente anda ensayando: me refiero, claro está, a la humorada que acaba de protagonizar uno de sus corifeos solicitando el acta de defunción de Franco y del resto de la jauría fascista. De cualquier manera, a consolarse; esto de los disparates es como la física: acción~reacción equivalente; cuando más anémica la barbaridad, más sesuda la respuesta. Me da mucha alegría el haber leído finalmente una opinión sensata de un miembro del Partido Socialista, ¡después de tanto tiempo!:
Ramón Jauregui ha señalado que la Ley de la Memoria Histórica, de la que él fue ponente, "nunca pretendió una causa general contra el franquismo, ni una investigación penal" como la que ha abierto el juez Garzón. En declaraciones a Telecinco el diputado socialista ha manifestado su "impresión" de que "el camino jurídico de esta resolución es dudoso" al considerar que se entra en un conflicto jurídico entre la aplicación de la amnistía y la posible naturaleza de crímenes contra la humanidad de estos delitos
Ridículo berenjenal. Si al menos sirve para que gente de un partido que protagonizó algunas de las páginas de mayor ponderación de la historia reciente vuelva un poco por sus fueros, bendito sea. Se hace camino al andar, bueno, en este caso al desandar... siete pueblos, oye.





miércoles, 15 de octubre de 2008

Cocinero antes que fraile

Los martes voy a trabajar a Tokio. Ayer no pude casi desayunar y, después, por cosa burocrática, tuve que estar en la Universidad hasta las tantas sin comer. Por estas dos circustancias acabé en Jinbocho, el barrio de las librerías. Me explico: allí está el único restaurante de los que conozco que a la hora del almuerzo y hasta avanzada la tarde ofrezca un bufé libre que merezca la pena.
Aprovechado que estamos aquí... me acerqué hasta Oshima y allí encontré una edición antigua de Sexual Life in Ancient Rome, de Otto Kiefer. En el tren, de vuelta, me topé con dos citas desconocidas para mí: los clásicos nunca dejarán de sorprendernos.

Si hay alguno que piensa que a los jóvenes hay que prohibirles hacer el amor incluso con prostitutas, diremos que ese hombre es sin duda un individuo de gran severidad, pero también que está fuera de todo contacto con el mundo real, con el espíritu de libertad de nuestros días e incluso con el código de conducta y con la benevolencia de nuestros antepasados. ¿Cuándo no fue eso normal? ¿Cuándo se vio tal censurado? ¿Cuándo no fue justo hacer lo que siempre ha sido un privilegio legal? 
(Cicerón, Pro Caelio, 20)

Elimina a las prostitutas de la sociedad y la reducirás al caos a causa de la lujuria insatisfecha 
(San Agustín, De Ord., ii, 12)





martes, 14 de octubre de 2008

Mi primo, el premio Nóbel


Hará por estas fechas ocho años, ojeando una librería de lance me encontré con un ejemplar de The Accidental Theorist. Lo compré y medio lo leí. Cierto es que esa lectura no me dejó gran impresión. Hombre -dije para mí- un economista de la tradición de Galbraith: uno que deja al lado las zarandajas del oficio.
Pasarían dos o tres años y, por el mismo procedimiento, acabó en mis manos -lo tengo ahora delante- The Return of Depression Economics. Entonces me lo pasé de miedo: las 168 páginas por las que se extienden el relato y análisis consiguiente de la crisis asiática del 97 son tan entretenidas como una novela de las buenas. La moraleja del libro: Si pensáis que lo del veintinueve es agua pasada, andáis muy equivocados.
Inmediatamente fui al internet y encontré la página de Paul Krugman en Princeton: tranquilamente podía haber sido la de un primo mío. Tenía en ella algo así como una especie de tablón de anuncios en la que colegas y alumnos escribían noticias, opiniones y avisos. Recuerdo que me reí con uno de ellos: "Paul, los del New York Times andan mosqueados porque publicas aquí los artículos que les escribes para el periódico. ¿No te has dado cuenta de que ellos tienen la exclusiva?" "Pues vaya, qué fastidio -respondía Krugman-. No me va a quedar más remedio que quitarlos".
En fin, el catedrático americano de película de Oscar -pensé-. Eso sí: con este despiste no va a llegar muy lejos en la farándula. Compré el libro de sus artículos, los leí disfrutando, y tuve en la mano su manual de introducción a la economía. Me pareció excelente, pero diez mil eran demasiados yenes para mi bolsillo, así que decidí que mis magros conocimientos en la "ciencia desesperante" continuarían basándose en la antigua edición del Samuelson, la que compré por cuatro perras en una librería de Manila.
Hace una temporada vi un artículo de Paul Krugman en El País. Vaya, pues se va haciendo famoso por el mundo. Ayer me quedé de piedra: le habían dado el Nóbel. Toma castaña: me meteré a adivino.
Felicidades, primo: que sea por muchos años.







domingo, 12 de octubre de 2008

sábado, 11 de octubre de 2008

La gente feliz no tiene ni historia

Hay tres pequeños países europeos que desde mi juventud me son especialmente queridos; por ellos -con alguna semana de repaso mediante- me podría orientar chapurreando el idioma, pero la pereza me ha impedido ir hasta sus tierras. En distintas épocas de mi vida mi mayor deseo fue perderme por la sombra de la catedral de santa Ana, en Vilnius, por las calles derrengadas del Bucarest antiguo o entre la luz de insegura de primavera de la bahía de las brumas -ésa es la etimología del topónimo- de la bucólica Reykjavík.
Durante esta década y media de mis años en Japón, cuando me atacaba la melancolía murmuraba a mi camisa: ¿Qué haré yo en un rincón de bárbaros si a estas horas debería andar de clase por la Universidad de Islandia? Qué le vamos a hacer: para mí siempre la brisa de la isla del norte me ha traído un poco del rumor del Valhalla: ¿habrá rincón del mundo con mayor saturación de calidad literaria per capita? Si comparamos el gran nivel de sus letras medievales y el magro número de habitantes, no. ¿Habrá población con mayor sensibilidad ecológica? Difícilmente, vaya; con todo, lo que más me ha fascinado inmemorialmente de Islandia ha sido ese empeño de sus nacionales de ir poniendo siempre por delante el afán de vivir una vida centrada en los valores de la ilustración, las artes y las ciencias, el respeto al otro y al entorno, y por encima de todo, a una tradición de austeridad y equilibrio.

Mea culpa por olvidar lo que sé de hace mucho, que también los paraísos esconden su trastienda: esta semana, en las heladas tumbas del cementerio de Keflavíc, los tuétanos de los bisabuelos, sobrios protestantes campeones del ahorro, andarán hirviendo de cólera al ver cómo la carne de su carne ha acabado convirtiéndose en eso que cuarenta generaciones de la recia y orgullosa casta venían abominando:  vulgares idólatras del becerro de oro.
Galbraith, en su magistral exposición del Crack del 29 nos lo dice: no hay sociedad opulenta de la historia que haya sabido parar a tiempo y sustraerse a la locura y a los siete años de las plagas subsiguientes. Pero este conocimiento es tan viejo como el mundo: al tiempo que predicaban el meden agan, su nada en demasía, ya lo sabían los antiguos: o Apolo o Dionisos. Para las naciones nunca habrá término medio. 






viernes, 10 de octubre de 2008

Così fan tutte


- ¿Sabes? En el Youtube está parte de la versión de Dawn Upshaw de Las Bodas de Fígaro -me dice mi legítima toda contenta el otro día-, aquella del festival de Salzburgo del centenario de Mozart, la que teníamos en cinta de vídeo y que ahora no podemos ver (el aparato se escogorció y solo de DVD vive el hombre).
- Bueno, no lo sabía. En fin, la de la Bartoli del Metropolitan está toda entera: hace un tiempo la puse en mi blog.
- No vayas a comparar. Si la Bartoli es una basta...
Men are from Mars, Women from Venus. Seguramente tenga razón, pero precisamente el que la Susanna de la última actúe como cualquiera de las vecinitas de mi juventud (yo soy de un barrio muy malo, aclaro) era precisamente lo que a mí me emocionaba.
En fin: para la historia, aquí va la versión que tanto entusiasma a mi señora. Videant Judices.






jueves, 9 de octubre de 2008

Hasta la vista, baby

En el IHT de hoy aparece un excelente artículo de Roger Cohen acerca de nuestro presidente, el Sr. Rodríguez, la historia de sus relaciones con los Estados Unidos y el futuro de éstas. Aquí va una perla para abrir el apetito:

McCain, to judge by his refusal to say he would meet Zapatero, is still in muscle-flexing mode. That's the last thing we need.
My second reason for relating this is that Zapatero is the kind of guy who reminds me of the need for smart American leadership. In fact, he reminds me of why, raised in Europe, I chose to become an American.

Despite Spain's dictatorial past under Franco, Zapatero seemed to me mealy-mouthed about totalitarianism and tyranny. Moral relativism oozed from his lawyerly repartee. He illustrates why Orwell felt compelled to say: It's not enough to be antifascist; you must also be in principle antitotalitarian. The European left has often had a hard time with this notion.

La traducción del artículo la podéis encontrar aquí.






miércoles, 8 de octubre de 2008

La Moncloa por 1984, más o menos


Cuando el presidente Clinton se retiraba a altas horas de la noche cuentan que leía literatura intensamente. Me imagino que si el nuestro goza de aficiones similares -lo dudo- estos días peleará sin descanso con un ejemplar de 1984. Digo; qué mejor guía para él en esta obra grande de su mandato, la reescritura personal de nuestra historia de España.
Hace unos días me entero de que se acaba de decretar la concesión de la nacionalidad española a los miembros de las Brigadas Internacionales y pienso que yo también, cuando andaba por los veintitantos cometí bobadas sin cuento, pero que por fortuna nadie me las jaleó. No puedo encontrar mayor dislate que apuntarse por propia voluntad a una guerra de tontos. Nuestra Civil no fue otra cosa: bien es verdad que los causantes inmediatos de la misma, los militares africanistas, eran una pandilla de memos arrogantes, inútiles e indeseables, pero no tendríamos que olvidar que los políticos republicanos no formaban una caterva de varones sensatos y ecuánimes, sino que obraron en muchos casos de forma irresponsable, dando excusas a aquellas degeneraciones del generalato para actuar. No es cosa de relatar aquí lo que se lee con facilidad en los libros de historia, pero nunca estará de más recordar el desprecio por la ciencia económica que profesaba el gran Azaña, o el uso ridículo que ya en la guerra se hizo de los recursos que poseía el gobierno legítimo a la hora de afrontar el ataque de las fuerzas sublevadas.
Dos de mis tíos-abuelos, unos muchachitos reclutados contra su voluntad, murieron luchando en el frente de Brunete: no sería muy extraño el que hubieran caído víctimas de las balas de algún brigadista. Hace unos días en cierto artículo de ABC se preguntaba qué sucedería en Alemania si su presidenta planteara conceder un galardón similar a los soldados americanos que bombardeaban a base de bien su país para salvarlos del nazismo. 
Otorgar unilateralmente la nacionalidad española supone conceder derechos también en todo el conjunto de la U.E.: al menos ésa es la razón que alegó el gobierno González para denunciar los tratados de doble nacionalidad con los países de habla hispana. Puestos a romper la baraja de la legalidad europea personalmente preferiría que se hiciera en favor de ambos bandos de la contienda, o aún mejor, no de la gente que, venida de tierras lejanas, aportó su granito de arena a la historia contemporánea matando generosamente españoles, sino de la que contribuye a sostener las pensiones de mis padres, el sistema sanitario y, en general, el funcionamiento del entramado económico de mi país.






martes, 7 de octubre de 2008

lunes, 6 de octubre de 2008

Un recuerdo emocionado


Paco Cortés y Julián Méndez escriben hoy en El País un obituario de D. Antonio López Eire. No he querido evitar incluirlo aquí, fundamentalmente porque nadie podría haberlo hecho mejor que estos dos extraordinarios discípulos del maestro. Del primero siento mucho no haber sido alumno en las aulas; del segundo sólo diré que, aunque recibí los tres suspensos más justos de toda mi vida académica (junio, setiembre y febrero) su asignatura fue una verdadera "adquisición para siempre". 






miércoles, 1 de octubre de 2008

Ombliguismo pata negra


¿A la abuela? Que le hagan la eutanasia, que, como acaba de demostrar un sabio, por lo menos en Europa ya no la necesitamos. 






martes, 30 de septiembre de 2008

Qué haría yo sin ti, talibana mía...



En el futuro, la Sra. Ministra de Igualdad, ¿los subvencionará o sólo va a continuar con la política presente?






jueves, 25 de septiembre de 2008

¡Ole tus güevos! (con perdón)



Nota inevitable de filólogo:
Rodríguez -en proto-germánico tardío *hwrot-rik- significa "glorioso" (y gloriosus, en latín clásico "fanfarrón").





miércoles, 24 de septiembre de 2008

Este blog también se apunta



"Unidad y firmeza frente al terrorismo"

- (...) Todas las organizaciones políticas y sociales firmantes manifestamos la más profunda condena y el rechazo más enérgico a estos nuevos atentados criminales de ETA y expresamos nuestra condolencia a la familia de D. Luis Conde y a las Fuerzas Armadas, una vez más víctimas inocentes del terrorismo de ETA. Nuestra solidaridad y afecto también para los ertzainas heridos y para todas las personas que han sufrido daños como consecuencia de estos salvajes atentados. Deseamos para todos ellos una próxima y total recuperación, e instamos a las Administraciones Públicas para una eficaz y rápida intervención con las ayudas públicas establecidas.

Reunidos en el Congreso de los Diputados, máxima expresión de la soberanía popular, queremos expresar nuestra unidad y firmeza frente al terrorismo. (...) Reiteramos nuestra voluntad de combatir con coraje y fortaleza democrática a la organización terrorista ETA hasta derrotarla definitivamente a través de la fuerza exclusiva del Estado de derecho.

(...) Nuestra respuesta es serena y firme: jamás conseguirán sus objetivos, no doblegarán la democracia ni el Estado de derecho, no conseguirán ninguna de sus pretensiones. Permaneceremos firmes en la defensa de la vida, de la libertad, de la democracia y del Estado de derecho. A los autores de este atentado y al resto de los terroristas, sólo les espera la aplicación de la ley, la acción policial y el ejercicio de la justicia.

PSOE, PP, CiU, PNV, ER-IU-ICV, BNG, CC-PNC, UPyD, Na-Bai, CEOE, CEPYME, CC OO, UGT, USO






martes, 23 de septiembre de 2008

La muerte de un maestro



Me acaba de llegar la tristísima noticia de la muerte en accidente de D. Antonio López Eire. Al Prof. López Eire (y no en menor medida a su alumno, el Prof. Méndez Dosuna) debo uno de los regalos más preciosos que puede recibir un ser humano en los años mozos: la pasión por Homero. Ha pasado ya un cuarto de siglo, pero todavía recuerdo vivamente la atención exaltada con la que le seguía en clase, aquella forma tan brillante de recitar el texto original griego y después sus endecasílabos castellanos. Seguramente hoy el mejor homenaje que podamos hacerle sea releer aquella versión excepcional de la Ilíada. Descanse en paz.





lunes, 22 de septiembre de 2008

Tres congratuleishions


Como me suele ocurrir ya desde antiguo, acabo de caer en la cuenta de tres celebraciones que, aun con retraso de unos días, no quiero dejar pasar intonsas: la primera es la de la entrada del otoño, esa estación que siempre será mi preferida; la segunda, los doce meses que acaba de cumplir este mi blog; la tercera -y con mucho la más importante- el cumpleaños de una amiga muy querida a la que hace ya más de un lustro que no veo y cuyo afecto me acompaña desde que éramos casi unos críos. A ella y a todos, felicidades por la estación y por la vida; y a mí, por haber podido compartir este blog con vosotros. Muchas gracias. Un abrazo grande.






domingo, 21 de septiembre de 2008

El muerto al hoyo


Durante mis años universitarios, cuando en casa de mis padres se trataba del asunto, yo dejaba clara y contundente mi última voluntad: que se me incinerara y se arrojaran las cenizas, con la máxima ceremonia posible, a la taza del retrete familiar.
Siempre he sentido una especial repugnancia por esos lugares ridículos, cochambrosos y patéticos que son nuestros cementerios; ni aun de muerto, quiero colaborar en su perpetuación. Este trance vital que es nuestro fin creo que, en la medida de lo posible, nos lo hemos de tomar con ironía, con humor, aunque sea un poco negro; así, veía comiquísima la imagen que me pintaba en la cabeza: la familia, con su ropa de funeral, agolpándose en ese espacio tan angosto -pero íntimo- que era nuestro baño; mi hermana arrojando ceremoniosamente mis cenizas, y, finalmente algún tío pulsando el botón que liberaba el sonido de cascada feliz del inodoro.
Por todo eso, cada vez se me hacen más repulsivas las noticias de fetichismo mortuorio que leo en los periódicos: esos esfuerzos masivos por discernir mediante complejos análisis genéticos la pertenencia de unos restos irreconocibles, cercanos a la nada; aquellas labores zapaderiles y ridículamente pomposas de las gentes que se afanan, por cunetas y descampados, en desenterrar las osamentas de correligionarios o deudos a los que nunca conocieron.
Mientras que en el primer caso, si la consideración de los sentimientos que libera el dolor por la pérdida inesperada y brutal me puede llevar a comprender esos esfuerzos, no me pasa lo mismo en el caso del segundo. Poniéndome en la piel -digamos más bien en los huesos- de uno de los asesinados durante nuestra Guerra Civil, creo que me serviría de consuelo el que, comparado con mis verdugos, en una circustancia el destino me hubiera sido más piadoso: mientras que ellos acabaron, rodeados de desconocidos, en la tierra repugnante y estéril de algún cementerio anónimo, a mí me fue dado el privilegio de reposar para siempre, junto a mis camaradas, en mitad del campo de mi España; unas veces en bosques añosos, otras en paisajes marinos, casi siempre en lugares apartados, tranquilos, de belleza rara. Aun más, cuando las tumbas de mis asesinos se convirtieran en un punto olvidado en un lugar indeseable, la mía seguramente por generaciones sería recordada como un elemento de la fantasía local: "Mira, en la cuneta están, tras los chopos esos altos", dirían en voz baja y tono misterioso mis descendientes y los de los criminales cada vez que pasaran por allí. Y maldita la gracia que me haría el que, por la cabeza de chorlito de mis nietos, se me despojara del único privilegio que, en su insensatez, ni mis matadores jamás se atrevieron a arrebatarme.






jueves, 18 de septiembre de 2008

Delirant isti Germani


De GREX, la lista de correo por la que nos comunicamos en latín los pocos viciosos de esa lengua que en el mundo quedamos, me envían la siguiente petición, justa y necesaria cual haya una en nuestro valle de lágrimas.


Manifiesto a favor de la supervivencia del Seminar für Lateinische Philologie des Mittelalters und der Neuzeit


Queridos colegas, queridos amigos,

Después de la jubilación del Profesor Walter Berschin en 2005, el Seminario de Filología Latina Medieval de Heidelberg está amenazado de cierre. Debido a la notoriedad de este seminario y a la riqueza de su patrimonio, nos parece que esta medida, que se inscribe en la actual corriente europea de denigración y de supresión de las ciencias filológicas (en el sentido amplio del término), representará una amenaza grave para nuestras disciplinas y creará un precedente cuyas consecuencias podríamos sufrir todos. También nosotros debemos reaccionar y ayudar a los que luchan allí por intentar salvar este seminario. Por ellos os proponemos que firméis un manifiesto electrónico, haciendo clic sobre el siguiente link.


Manifiesto a favor de la supervivencia del Seminario de Filología Latina Medieval de Heidelberg

La comunidad científica internacional está preocupada por las amenazas que pesan sobre el Seminario de Heidelberg, cuyo 50º aniversario se celebró en 2007. La supresión de este Seminario tendría graves consecuencias para Alemania, pero también para los investigadores del mundo entero que van a trabajar en su riquísima biblioteca, y para los doctorandos y postdoctorandos que en él hallan una formación que no se encuentra más que raramente en los otros países de Europa. El Seminario de Heidelberg es un símbolo emblemático del puesto que Alemania ha reservado siempre a las Humanidades en sus estudios universitarios, y su su éxito ha contribuido al mismo tiempo a asegurar el mantenimiento del aprendizaje del alemán entre los jóvenes investigadores extranjeros. Es un escaparate irreemplazable del resplandor internacional de la investigacion alemana actual. Su supresión tendría consecuencias graves.

Si queréis contribuir a salvar este seminario, es suficiente con hacer clic en "firmar el manifiesto"; al instante recibiréis un correo electrónico de confirmación. Informad acerca de este manifiesto a las personas que os rodean lo más rápidamente posible.

Prof. Dr. Monique Goullet, Directora de investigación en el CNRS (Paris), Directora del Laboratoire de médiévistique occidentale de Paris (LAMOP).

Univ-Prof. Dr. habil. Piotr Bering, Kolegium Europejskie im. Jana Pawła II w Gnieźne Uniwersytetu im. Adama Mickiewicza w Poznaniu, mediolatynista.

Prof. Dr. José Martínez Gázquez , Departament de Ciències de l'Antiguitat i de l'Edat Mitjana, Universitat Autònoma de Barcelona.

Prof. Dr. Agostino Paravicini Bagliani, Facultè des lettres. Section d'histoire, Université de Lausanne, Presidente della S.I.S.M.E.L., Firenze.

Prof. Dr. Francesco Stella, Dipartimento di Teoria e Documentazione delle Tradizioni Culturali, Università degli Studi di Siena.

Prof. Dr. Jean-Yves Tilliette, Langues et Littératures Françaises et Latines Médiévales, Université de Genève.

Por favor, firmen el manifiesto aquí!Mirar las firmas






martes, 16 de septiembre de 2008

Ja, chacho


Desde hace unos días venía dándole vueltas a cómo meter de rondón en este blog la entrevista que a finales de agosto concedió mi tocayo George Steiner. Cuando un sabio dice una bobada lo hace por lo alto (un ejemplo es la afirmación acerca de la terrible e irrecuperable pérdida que suponen las de las lenguas aborígines sostenida en uno de los primeros capítulos de After Babel). No obstante estas palabras suyas muestran un sentido común que ójala lo fuera más; más común, quiero decir. Otra noticia que he encontrado en los periódicos acerca de un nuevo embolado que le acaba de caer a mi prima Esperanza me ha dado la ocasión. No tanto por la noticia sino por un comentario a pie de página (el 29) que diamantinamente completa la opinión de Steiner y resume mi pensamiento (y el de mucha gente) en un párrafo.

Soy gitano y tengo formación universitaria. No tengamos puesta en la boca todo el día la palabra racismo que también hay racismo gitano hacia el payo, y mucho. Los gitanos deben enviar al colegio a sus hijos. Estoy harto de ver como los sacan a los tres días con excusas baratas que ya no se cree nadie. La integración gitana pasa inexorablemente por la Cultura y solo desde la Cultura. Si les dan un Colegio nuevo y no van, o si van les sacan antes de terminar la primaria.... Quiero a mi pueblo, pero sé de sobra que la cuestión pasa por exigirles obligaciones como al resto de los ciudadanos. Dejémonos de cuentos. Siempre ha habido racistas y siempre los habrá. Los gitanos a estudiar, a trabajar como todo el mundo pagando impuestos, y a dejarse de tantas gaitas.





domingo, 14 de septiembre de 2008

Labores de Santidad



Un usuario de You-tube ha colgado toda la versión hecha por el Metropolitan de Las bodas de Fígaro en 1999. Si el Vaticano verdaderamente valorara lo que merece la pena, obras tan generosas merecerían la beatificación en vida. No exagero: a pesar de que esta versión es (por lo menos para mí) una de las mejores de la historia (Bryn Terfel, Cecilia Bartoli, Renee Fleming, Suzanne Mentzer) escandalosamente no está disponible en DVD.
Por supuesto: me es irresistible la grandiosa actuación de mi dulce Cecilia (especialmente merece la pena verla en el duetto de Susanna y Marcellina del primer acto y en el totum revolutum del final del segundo); pero gracias a esta grabación he descubierto a dos geniales intérpretes: Paul Plishka (Bartolo) y Wendy White (Marcellina); el aria La vendetta del primero y el duetto de la segunda que menciono arriba son... En fin: gloria pura: disfrutadlo.





sábado, 13 de septiembre de 2008

¿Dónde habré oído yo esta frase?


"Si la recesión sirve para limpiar la economía y remontar la situación, no tiene la mayor importancia" (Pedro Solbes, Ministro de Economía de España, 2008)
"Dejemos que el sistema se limpie de su propia podredumbre" (Andrew William Mellow, Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, 1929)






viernes, 12 de septiembre de 2008

Borgeando


Para conmemorar el treinta aniversario de la visita a estas tierras del autor de Ficciones, el día veinte, sábado, a invitación de la Sociedad Borgiana de Japón, repetiré la conferencia que di el pasado diciembre (Borges y Japón), pero en parla diferente: cambiaré el inglés por el español. Para los que desconozcan nuestro idioma, se repartirá un resumen en japonés y la fotocopia de la del simposio de Salamanca. Las preguntas, pues en la lengua que uno quiera, faltaría más (Uno de mis maestros, J. A. Pascual, siempre decía que lo que más le agradaba de mí era mi humildad ). Vaya, que a las tres de la tarde, en el aula 113 del edificio 1 del campus de Hongo de la Universidad de Tokio (¡Qué miedo!), os espero. 
Como se suele hacer en este país en casos similares, os agradecería que, el que se anime, me pegue un toque, y eso por dos cosas: para poder avisar a la organización de que haga más copias de los poemas y para comer acompañao en el restaurante vegetariano de Jimbocho (Mother's) al que voy siempre que me paso por allí. Si alguno me busca, entre lo del restaurante y la conferencia me encontrará en el rincón de los libros de lingüística de Oshima (ver foto), la librería de viejo de mis entretelas, en la esquina del cruce. No lo puedo evitar: desde el día que me regaló esa antología rara de la obra de Erich Kästner  la dependienta que se pasa la vida de pelea con su teléfono portátil, (junto a los declarados: Carmen Pensado, Emma Kirkby y Cecilia Bartoli) se convirtió inevitablemente en uno más de los amores de mi vida.






jueves, 11 de septiembre de 2008

Franco en Atsugi


Cuando voy a la biblioteca de Atsugi siempre dejo la bicicleta en un aparcamiento municipal al lado de mi estación. Me cobran cien yenitos al día, pero por lo menos voy seguro de que cuando vuelva por ella estará donde la dejé. Si la abandono por la calle cabe la posibilidad de que tenga que ir a recogerla al depósito del ayuntamiento, y pagar una multa que asciendería a una cantidad de cuarenta o cincuenta veces lo que me cuesta el magro aparcamiento diario.
Los cancerveros del negocio son un grupito de jubiletas que, con todo el tiempo del mundo pa gozá, te pegan una hebra de media hora a poco que te descuides. Algunos de ellos el palique con la gente de otras tierras, aunque deseado, lo rehuyen por cosa la "vergoña nipónica" en el trato con la lengua inglesa; pero si encuentran un extranjero que hable un poco el idioma de esta tierra no se pueden resistir. Por eso, no hay día que vaya por el aparcamiento de bicicletas que no me toque contar mi vida a los abuelos guarderos.
Ayer mismo -cuando llevaba una prisa especial porque me esperaban para comer en Atsugi- uno de ellos me entretuvo un buen rato. Al final, cuando yo ya no podía casi mantener la compostura mínima me soltó "¿Usted dónde vive mejor, en Japón o en España?" Yo, no queriendo extenderme en explicaciones (en esta tierra tengo mis familia, mis libros, mi trabajo, mi vida en definitiva) le contesté simplemente "Pues en Japón". "Claro, esque los japoneses somos gente responsable (otonashii). Ninguno es como Franco, ¿verdad?"
Ante tanta erudición histórica no tuve respuesta alguna. Pensándolo bien, mucha razón sí que tiene: según opina Brian Dutton, Franco fue fruto de una obsesión que arraigó entre los militares africanistas y que el Generalísimo, tan cándidamente, transmitió a un plumilla del Times en el verano de 1936: "Aunque haya que terminar con media España, lograremos que la otra media, la que merece la pena, logre vivir en paz". Por Japón, durante aquellos años, gente como Franco ni falta que hacía: salvo muy honrosas y escasas excepciones, la oposición al régimen totalitario fue, de todo punto, inexistente.







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