Para contestar al comentario de Paco de la Vega tuve que ir a un texto de esos clásicos que toda la juventud debería leer. Aquí van dos de sus párrafos.No hagas caso, Cándido, de vanas trascendencias ni envidies brillantes porvenires. Los hombres -y mujeres, como hoy es tan correcto apostillar- más sabios, ricos y poderosos también sufren de almorranas. Tú, seguro, todavía no sabes -y ojalá nunca lo sepas- en qué consiste esa dolencia, pero ellos sí que lo saben. y mientras administran sus sentencias, dineros o reinos, viven atormentados y envidiando hasta el odio incontenible al mendigo que se alimenta de hierbajos y caga como un reloj. Así es la vida y ésta es su más feliz realidad, su esencia: una sana fisiología recreándose en sí misma. Como los dedos de ambas manos recorriendo frenéticos y disciplinados los mágicos teclados para dar a luz la más bella melodía.Mentiras, una tras otra, todos esos guiños que te lanzan desde las esquinas ese ejército de mutilados que quieren beber tu sangre, vampiros, hombres y mujeres lobos y lobas. Corleones, dráculas: todos ofreciéndote duros a cuatro pesetas para allanar su camino hasta tu yugular. Ándate con mucho cuidado porque son muy hábiles en su arte. No caigas en su trampa, recela, porque están por todas las partes. Y, sobre todo, ten en cuenta que si dejas que te muerdan te conviertes en uno de ellos. Pero no te desalientes: si de verdad se quiere, se aprende pronto a desenmascararlos. Para empezar, apunta esta regla de oro: desconfía de todo lo que carece de mérito; de todo lo caído del cielo. Por bello que parezca tiene muchas probabilidades de estar envenenado.
14.11.2024 – Langsam Gesprochene Nachrichten
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14.11.2024 – Langsam Gesprochene Nachrichten –
[image: Wegen völkerrechtlichen Bedenken möchte der EU-Außenbeauftragte den
politischen Dialog mit Israel a...
¡Qué citas tan interesantes!, querido Jacobus. Me tienes que decir de dónde las sacaste.
ResponderEliminarSí, interesatísimas. Como tú dices: "A veces me da grima ser tan leído". Por desgracia no está en mi mano aclararte el misterio. Eso es porque los clásicos, los de verdad, muchas veces son pudorosos, sobre todo con sus obra aun no publicadas. Si desvelo el nombre del autor pudiera ser que éste, poco aficionado al oropel y a la farándula, se me ofendiera y es amistad que tengo a mucho corazón. Quizá cuando nos veamos te lo pueda contar de viva voz. Hasta entonces no te quedará más remedio que esperar...
ResponderEliminarEsto que dices me parece un poco raro. A ver si nos lo aclaras...
ResponderEliminarRaro no: es la más pura de las verdades. Si el texto fuera mío lo diría con tranquilidad. Como se trata del de un amigo que no ha querido darlo a la imprenta y que tuvo la grandísima amabilidad de enviármelo para mi lectura privada, yo no me veo en disposición de revelar su identidad. No hay más misterio.
ResponderEliminarNo confundas al abuelo jacobus, bastante tiene él con encontrarse cada mañana delante del espejo e intentar saber quien es.
ResponderEliminar¿Qué me dices, Sherlock? ¿Que al abuelo Jacobus le está dando el Alzheimer? Madre de Deus...
ResponderEliminar¿Pero esto es serio o qué? A ver si aclaráis la cosa que no me estoy enterando ni un pimiento?
ResponderEliminarNo hombre, no, se trata de Don Frascisco, el abuelo, él es quien probablemente tenga problemas de identidad. Eso de intentar ser un personaje distinto en cada momento y lugar, desgasta mucho.
ResponderEliminarPues me quitas un peso de encima, oyes. De todas maneras, desde que hay internet eso nos pasa a todos un poco. Bueno, a los políticos más. Ya ves a los del PP, esos si que parece que tienen Alhzeimer. Lo digo por lo del juicio del otro día y tal. Menudo mosqueo se cogio Federico. Os parecerá mentira, pero yo es que no me lo pierdo un día: será lo que sea, pero para la radio vale un potosí: yo no paro de reírme. En fin...
ResponderEliminarSherlock, Jacobo, un poco de seriedad ¿Qué es eso de que don Francisco es una persona diferente a cada momento? Me parece que nos debéis una aclaración. Ni que fuera Drácula. Una aclaración, por favor
ResponderEliminarVamos a ver: don Francisco es siempre don Francisco y san seacabó. Lo que pasa es que a Sherlock le gusta marear la perdiz y ya está. No hay más. Por otro lado, de abuelo sí, porque tiene varios nietos: pero abuelito interesante, claro: que hay que ver cómo le sientan las canas esas senequianas que se gasta. Más de una lolita -incluso japonesa, soy testigo- se ha fundido por sus huesos, que así, a la chita callando... En fin, no digo más, que al final todo se sabe.
ResponderEliminar¡La Virgen!, resulta que ahora Jacobo conoce mis gustos y preferencias. No, si no me extraña, este mundo de internet hace amigos del alma a personas que solo se ven una vez cada 10 años, y muchas vaces no por impedimento de la distancia, tan solo por la pereza, que las relaciones de tu a tu ya no valen casi nada, que el conocimento virtual sobrepasa al conocimiento por los sentidos y así ad infinitum, y ahora sepa Sr.Jacobo que a mi si me gusta internet, es un buen instrumento para entretenerse, pero la vida real está en otra parte y no me gusta marear a nadie y menos a los pájaros.
ResponderEliminarA ver, que me entere yo ¿quién es el perezoso para que sólo os veáis una vez cada diez años estando tan a tiro, Jacobo o Sherlock? ¿Vivís los dos en Japón, o como es eso? La verdad es que con lo crípticos que sois no se entera uno de nada: a hablar más clarito, oye.
ResponderEliminarQuerida Dulcinea, creo que te has metido en un culebrón, sin esperarlo imagino, creo que mejor no intentes averiguar, son historias entre personas conocidas, a veces se cometen demasiadas crueldades para que no haya rencores. Yo aquí me retiro y en lo sucesivo trataré de no llegar a lo personal, aunque no se si podré, porque eso de las alabanzas mutuas que al final es lo mismo que la autoalabanza Hannah Arendt lo califica de la mayor estupidez de nuestro tiempo y a mi me produce cierta grima, de todos modos en este blog se escriben, a veces, cosas muy divertidas e inteligentes.
ResponderEliminarQuerido Sherlock: Lo siento, confieso que me he equivocado, que no te ubico ni entiendo la alusión a la poca distancia ni a la pereza. Pensaba que eras una persona que finalmente parece que no eras. En fin, así es el internet. Espero en el futuro poder evitar la crueldad, el rencor y la autoalabanza a los que aludes. Seas quien seas, muchas gracias por entrar en el blog y por participar con esa energía. Ojala que no sea la última vez. Un abrazo.
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