Nire aitaren etxea
defendituko dut. Otsoen kontra, sikatearen kontra, lukurreriaren kontra, justiziaren kontra, defenditu eginen dut nire aitaren etxea. Galduko ditut aziendak, soloak, pinudiak; galduko ditut korrituak, errentak, interesak, baina nire aitaren etxea defendituko dut. Harmak kenduko dizkidate, eta eskuarekin defendituko dut nire aitaren etxea; eskuak ebakiko dizkidate, eta besoarekin defendituko dut nire aitaren etxea; besorik gabe, sorbaldik gabe, bularrik gabe utziko naute, eta arimarekin defendituko dut nire aitaren etxea. Ni hilen naiz, nire arima galduko da, nire askazia galduko da, baina nire aitaren etxeak iraunen du zutik. | Defenderé
la casa de mi padre. Contra los lobos, contra la sequía, contra la usura, contra la justicia, defenderé la casa de mi padre. Perderé los ganados, los huertos, los pinares; perderé los intereses, las rentas, los dividendos, pero defenderé la casa de mi padre. Me quitarán las armas y con las manos defenderé la casa de mi padre; me cortarán las manos y con los brazos defenderé la casa de mi padre; me dejarán sin brazos, sin hombros y sin pechos, y con el alma defenderé la casa de mi padre. Me moriré, se perderá mi alma, se perderá mi prole, pero la casa de mi padre seguirá en pie. |
Gabriel Aresti, Harri eta herri (Piedra y pueblo, 1964)
Pensamiento urgente del día (y los que vienen)
Lo que importa es construir, desde los cimientos, la casa verdadera, la casa en la que todos caben. Una obra así sólo es posible desterrando los vicios ancestrales que reinaban en la antigua. Entonces esa primera, "la del padre", se hundirá para siempre indiferente entre su ruina.
Impresionante. Entre ese poema, Lope de Aguirre, y los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola, hacen comprender el porqué de que a la entrada del País Vasco haya un cartel que dice: "¡ay de los que entréis aquí,etc., etc....?
ResponderEliminarCuando hace veinticinco años lo leí por primera vez me impresionó; hoy me aterroriza. Lo más terrible es que Arresti era sin duda un gran poeta y hasta posiblemente un hombre cabal y profundo: el que gente con tantos valores intelectuales y personales sea capaz de albergar ideas tan troglodíticas hiela la entraña.
ResponderEliminarSeguro que Freud, qué digo Freud, el mismísimo Sófocles,pensaban en los vascos cuando teorizaron sobre el asunto de Edipo. Mal asunto ese de no atreverse con el padre. Y, por supuesto, enamoradísimos todos de su ama. Muchas patadas en el culo es lo que habría que dar a todos esos tarados.
ResponderEliminarHombre, aquí estoy de acuerdo con el señor Francisco. Solo que san Ignacio no era vasco, y no se le debe de meter en el mismo saco que los otros.
ResponderEliminarHombre, vascos hay para dar y tomar: montones hay que están hasta el gorro de tanta bobada, ya se va viendo y me imagino que con el tiempo irá cambiando mucho más el panorama. No creo que el número de bestias por metro cuadrado sea mayor que en cualquier otra parte, posiblemente haya una diferencia de recursos y sobre todo se trate de cuestión organizativa: si los castellanos tuviéramos el mismo "amor" por asociarnos como los vascos (no creo que haya lugares con mayor número de sociedades gastronómicas en España), si todos los bestias de Salamanca se juntaran en una organización, menudo peligro...
ResponderEliminarQue cerrados, literales y paletos son interpretando el poema...
ResponderEliminarSi esto es así, sea tan amable de darnos la suya; sin usar de violencia verbal, esto es, sin utilizar el insulto (si no es demasiado pedir).
ResponderEliminarLucas:
ResponderEliminarNuestra literalidad no cuenta demasiado: después de todo, ya ve: no somos nadie. El problema es que, por desgracia, un grupo de descerebrados, mucho antes que nosotros, lo interpretó muy al pie de la letra y así están las cosas. A nosotros bien que nos gustaría ser más alegóricos, usar de metáforas, imágenes y tropos; quienes usan de metralleta, goma dos y tiro en la nuca no nos lo permiten.