Cuando Richard Feynman estuvo por aquí sus colegas del departamento de Física de la Universidad de Tokio le agasajaron como correspondía: visitas a museos, templos, representaciones de Kabuki... Agotado el turisteo tokietero, los anfitriones amenazaron con un encore por la zona de Kansai. Feynman, en legítima defensa, tomó un mapa de Japón y señaló al azar un punto perdido en la península de Miura: "Aquí queremos ir." "Pero si ahí no hay nada." "Pues por eso."
Investigando se descubrió que el único alojamiento disponible era un ryokan, un modesto albergue japonés. Algún colega del físico americano intentó persuadir al dueño del negocio para que acogiera a Feynman y a su esposa una semana. Al conocer la alta alcurnia del extranjero, argumentando la humildad de su aposento, aquél se negó en redondo: "Dile que el mes pasado, en África, paramos en un chamizo donde teníamos que utilizar una palita cada vez que hacíamos nuestras 'cosas.'" Con tan convincentes argumentos el hospedero aceptó.
En ese lugar de Japón no hay "nada". Allí pasaron Feynman y su esposa una de las semanas más felices de su vida. No es extraño que se le considere una de las mentes más lúcidas del pasado siglo.
A hombros de gigantes - Sueños lúcidos, alucinaciones y trastornos mentales
- 17/11/24
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Aunque pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, el sueño sigue siendo
--en gran medida-- un misterio. En ese periodo podemos disfrutar de
ensoñacione...
Lo malo es que hay que ser un genio para caer en la cuenta de que lo guay es experimentar la nada. Y, a veces, ni con esas.
ResponderEliminarDicen algunos teólogos que Cristo es el hijo de Dios por el mero hecho de que se acepta como tal. Lo mismo pasa con ser genio: todos lo somos, pero pocos nos asumimos en esa condición.
ResponderEliminarFeynman disfrutaba de sí mismo más que de ninguna cosa en el mundo. Un día llegó a su hermana -que era también física- y le dijo: "Oye, que no entiendo esto." "¿Lo has estudiado?" ™!Cómo lo voy a estudiar, mujer, con lo aburrido que es eso!" Se dice que él nunca estudiaba, que descubría, que se pasaba la vida dándole a los números y a las fórmulas y la gozaba como nadie.
Supongo que será una exageración, pero cualquiera que haya leído un libro de él o sobre él se dará cuenta de que de verdad fue un hombre que disfrutó de la vida como nadie. Un ejemplo para cualquiera que pretenda sǿlo eso: pasárselo lo mejor posible.
Por cierto, el Youtube está plagado de vídeos suyos. Merece la pena echarles un vistazo.